No podemos salir al gimnasio y hay ejercicios que, o bien no podemos hacerlos en casa, o no nos apetece. Sin embargo, para pasar un buen rato y estar entretenido lo único que tienes que hacer es salir al balcón, abrir una botella de vino y brindar con el vecino de enfrente mientras aplaudes a los sanitarios que velan por nosotros.
Puede que esto te suene un poco frívolo, pero el humor nunca viene mal. Son ya varios los investigadores de diversas universidades a nivel mundial los que afirman que el resveratrol, un potente antioxidante, mejora el rendimiento físico, la actividad cardíaca y la fuerza muscular. Lo mismo que se puede observar tras un entrenamiento de resistencia. ¿Seguro?
Pero esto no quiere decir que beberse una copa de vino sustituya a una hora de gimnasio. Siento la desilusión, pero no. Es cierto que tomarse una copa de vino es saludable, pero si nos bebiéramos las proporciones de vino que consumieron los ratones que se utilizaron para el experimento, probablemente tendríamos algunos problemas.
Ahora bien, si nos tomamos el confinamiento #QuédateEnCasa con humor, veremos que el vino puede ayudarnos con el ejercicio de varias maneras. Por ejemplo, puedes hacer el press de banca, sustituyendo las pesas por botellas de tres litros que todos tenemos en casa y que se llaman Jeroboam. A esto también lo llaman botellón, pero no es lo mismo. Este ejercicio es muy sencillo. Te tumbas con la cara hacia arriba, sujetas ambos botellones con las manos y dejas los brazos extendidos hacia arriba. Solo tendrás que ir bajando los brazos para acercar las botellas al pecho y trabajar así los pectorales. Luego vuelves a la posición inicial y haces tantas repeticiones como seas capaz.
También puedes practicar en el balcón de casa esa disciplina que solo pasa en el bar: el levantamiento de vidrio en barra fija. En esta disciplina se apoya el codo en la barra y se levanta la copa sin separar el apoyo del codo, de tal manera que conseguimos ejercitar el bíceps en la flexión y el tríceps en la extensión. El número de repeticiones viene marcado por el número de copas que aguantes, y no por su peso.
Ahora, ayudados por ese elemento indispensable en todo gimnasio como lo es el porrón, nos ponemos en bipedestación y levantamos el brazo en elevación lateral hasta que el chorro de vino caiga en la boca, ya que la cabeza, que previamente se habrá lateralizado hacia el brazo utilizado en el ejercicio, ejercitará los músculos del cuello, tan contracturados siempre a la par que los músculos faciales. Repite este ejercicio en cada brazo o hasta que el porrón esté vacío. Después usa la fregona para limpiar el suelo con movimientos de izquierda a derecha, lo cual potencia los dorsales.
¿Veis como todo son ventajas? Echemos unas risas que bastante fastidiado está el tema. El humor siempre es una buena vacuna, por lo menos, para el alma.
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