La sandía es una de las frutas preferidas por los españoles. Un producto que ha traspasado su forma habitual de consumirse, siempre en verano, para ocupar durante todo el año un lugar privilegiado en la mesa.
Según datos que maneja Nutritienda.com, la sandía es la cuarta fruta más consumida al año por detrás de la naranja, el plátano y la manzana. Este año su precio ha aumentado casi un 60 % respecto al año pasado. La razón principal no solo es el aumento de la inflación, la guerra de Ucrania o el aumento de los costes del transporte. También porque no hay suficiente oferta para la demanda que existe en estas fechas.
Tampoco ayuda que la producción haya descendido este año debido a las condiciones meteorológicas adversas. Históricamente, cada español consumía unos 8 kg al año, de los cuales, el 80 % se hacía en verano, ya que la temporada en España va de junio a septiembre.
En las últimas semanas su consumo ha llegado a descender un 50 %. Por comunidades autónomas, la Comunidad Valenciana es la que más la consume seguida por Castilla La Mancha, Cataluña, Islas Baleares y Navarra.
En el caso de la sandía, la respuesta es sí. Aporta multitud de vitaminas, como la A, la C y algunas del grupo B. También minerales como el potasio, calcio y fósforo. El 95 % de su composición es agua, por lo que aporta solo 20 calorías por cada 100 gramos, convirtiéndola en una fruta ideal para la salud. Sus beneficios son extensos y existen diferentes variedades.
La sandía debe tener un tono oscuro, pero sin brillar y sin golpes ni rugosidades. El interior debe ser rojo, ya que si está blanquecino es que le falta maduración. Debe ser pesada ya que eso significará que tiene abundante agua y está jugosa. Es importante que tenga una mancha amarillenta en uno de los lados, es la llamada “mancha de suelo”, dónde se apoyó en la tierra. Cuánto más oscura sea la mancha mejor, ya que significará que ha madurado más.
Cada vez se venden más sandías cortadas en trozos, ya que de esta manera se consume con más facilidad. Además uno puede elegir mejor ya que se ve el interior. Pero hay que tener cuidado, ya que una vez abiertas empiezan a estropearse, por lo que, si la compramos de esta manera hay que dejarlas en la nevera y no consumirla pasados más de tres o cuatros días.
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