Tras más de 300 ensayos de recetas y un trabajo de más de tres años en los departamentos de desarrollo e innovación, Ferrero Rocher, la compañía líder en el mercado de los bombones y snacks de chocolate ya tiene a la venta sus nuevas tabletas. Un nuevo formato para ellos y una línea de negocio en la que aún no estaban presentes.
Esta nueva gama, de tres productos, permite el consumo durante todo el año de Ferrero Rocher y Raffaello, dos especialidades importantes en la cuenta de resultados de la compañía. Este cambio en la temporalidad de sus productos es un hito para la empresa, que siempre se ha caracterizado por retirar del mercado, verano tras verano, sus delicias.
Ferrero Rocher, presente en 170 países de los 206 que existen en el planeta, tiene fábricas en todos los continentes. A Rusia llegó en 1996 tras expandirse antes en Estados Unidos y en China. La situación bélica actual provocada por Vlamidir Putin ha provocado la parálisis del negocio en la zona, donde la empresa tiene una fábrica. No obstante, Ferrero Rocher tiene claro que «hay que apoyar al empleado, que no tiene la culpa de las decisiones de su presidente«.
De no hacerlo, más de 1.000 trabajadores directos se irían a la calle sin ningún tipo de protección social. “Sería abandonarlos y esta empresa tiene una responsabilidad social. Los empleados son parte del valor”, me explica Franco Martino, director de Relaciones Institucionales de Ferrero Iberia. Mientras, en Ucrania, la compañía italiana también reaccionó rápido y logró sacar del país a todos sus empleados y familias organizando para ello un gran convoy humanitario.
Es líder en ventas y la avellana es el ingrediente icónico de sus productos. Y el motivo está en su origen, en la modesta confitería de Alba en la que los hermanos Giovanni y Pietro Ferrero elaboraban repostería. En la zona, en las colinas del Piemonte, en Italia, la producción de este fruto seco forma parte de su historia.
Durante los años cuarenta, Pietro y su mujer, Piera, transformaron esta pastelería en una fábrica. Un hecho que convirtió a la familia Ferrero en la primera empresa manufacturera de Italia después de la Segunda Guerra Mundial en abrir fábricas y oficinas en el sector de la confitería.
En la actualidad, proteger la tierra y devolverle lo que es suyo, ya sea en términos de nutrientes del suelo, formación de los agricultores o apoyo a las comunidades locales con educación, es para la compañía esencial para garantizar la sostenibilidad del entorno.
La empresa transalpina ya está trabajando en una nueva línea sin frutos secos en su elaboración. A pesar de que la avellana es seña de identidad de la casa, Ferrero Rocher quiere ofrecer sus productos también a los alérgicos. Aunque de momento se desconocen todos los detalles será un nuevo hito muy aplaudido por los consumidores que hasta el momento no han podido saborear sus chocolates por cuestiones de salud.
Por cierto, desde la empresa me confirman que no existe la Nutella «blanca» a pesar de que hay webs que la anuncian a la venta y de que algún establecimiento de hostelería la ofrece, para acompañar crepes, por ejemplo. «No existe ese producto. Es una imitación«. Avisados estamos.
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