Nueva York marca tendencia siempre, en casi todo. Los neoyorquinos son amantes de los dulces. Adoran los dulces. Regalan dulces. Hay chocolaterías extraordinarias en cada manzana, a cual más exótica. Desde las tiendas de Godiva -los chocolates más «normalitos»-, hasta los de firma, franceses o belgas. Carísimos. Puedes encontrar trufas de chocolate a 6 dólares la unidad.
Y la última batalla es la de las tartas. Tartas de lujo, verdaderos manjares que puedes degustar en las propias pastelerías o en casa. Y entre todas las pastelerías de la ciudad, la batalla se centra en dos cuyo origen es japonés: la primera, Lady M, presume de tener los mejores ‘milhojas’ de Estados Unidos y la otra, Harbs, las mejores ‘tartas de temporada’. Ambas hacen tartas por encargo y tienen listas de espera de varios días. Son «lo más» a la hora de ir a fiestas privadas. -«¿Qué llevo?», -«El postre!» Y el postre ya tiene nombre y apellidos.
Kazuko Emy Wada abrió la primera Lady M en Tokio en la década de 1980, y la familia del estadounidense Ken Romaniszyn le ayudó en sus inicios. Rápidamente importaron las recetas y la forma de hacer sus tartas a Estados Unidos abriendo pastelerías en Nueva York y en California. «Nuestros pasteles son arte», aseguraba hace unos meses Ken en una entrevista al Boston Globe. Y tanto que lo son, desde 85 dólares la pieza (sí, hablamos de «piezas») para «disfrutar de un poco de tranquilidad en esta ciudad del bullicio». Sus milhojas son las más famosas de la ciudad.
Las tartas cuentan con 20 finísimas capas de crepe hechas a mano, separadas por crema pastelera dulce que aligeran con crema batida y que tienen sabores de vainilla, coco y limón. El crepe superior se espolvorea con azúcar ligeramente caramelizado. La tarta milhojas de té verde es la sensación en la ciudad y necesitas al menos 72 horas para reservarla.
La historia de Harbs es similar, pastelería nacida en Japón especializada en tartas hechas a mano con ingredientes 100% naturales, orgánicos y diariamente. Es decir, que todos los pasteles que ves en la pastelería están hechos ese mismo día. La porción de tarta más barata es de 7,5 dólares y la tarta completa supera los 100 dólares por los impuestos. Tartas de 10-12 cm de grosor entre las que destacan, por supuesto, las milhojas y la tarta de Sakura que lleva adornos de las flores naturales del mismo nombre. En total, elaboran 12 tartas diferentes que, aseguran, «son las mejores de toda la ciudad».
Si vienes a Nueva York y te gusta el dulce, ya tienes dos pastelerías donde hacer un descanso y decirnos cual es tú favorita. Prepárate para hacer cola, porque ambas pastelerías tienen pocas mesas y en las hora punta siempre hay overbooking.
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