La cúrcuma es una planta herbácea nativa de la India utilizada por su población desde hace más de cuatro mil años. Allí es un símbolo de prosperidad y un purificador físico y espiritual, cuya mezcla con agua y limón se sigue utilizando a día de hoy como rito de adoración ceremonial. No obstante, su uso más común es el de la raíz, utilizada como condimento para la gastronomía y como medicina y tratamiento para ciertas enfermedades.
Esta planta crece mejor en climas cálidos y húmedos. Cuando ya tiene el tiempo adecuado, se levanta cuidadosamente para evitar cualquier daño y se comienzan a cortar lo que se conoce como “dedos”. Luego se cocina al vapor y se deja secar, desprendiéndose a continuación la cáscara exterior, dejando ver un color anaranjado y una textura cerosa.
Por su gran aroma y sabor ligeramente picante es una especia muy valorada en la cocina india, en la que también se utiliza como colorante alimentario natural para arroces o carnes debido a su característico y llamativo color amarillo-anaranjado que le da la curcumina. Además, es el ingrediente principal del famoso curry, pues le aporta ese picor y color tan particulares.
Aunque antes era complicado encontrarla fresca en los supermercados, es cada vez más frecuente verla en la sección de frutas y verduras de muchos de ellos. Tiene un aspecto peculiar que a veces crea cierta desconfianza, pero las personas que se animan a probarla no se arrepienten.
Ayuda con los problemas del estómago: Es una buena aliada para algunos trastornos digestivos, ya que estimula las secreciones y ayuda a la digestión. Esto se debe a sus principios activos, que ayudan a producir más jugos gástricos y pancreáticos que sirven para equilibrar el pH en los órganos.
Evita las flatulencias: La cúrcuma es carminativa y contribuye a la eliminación de los gases que se alojan en el intestino. Es buena para prevenir cólicos intestinales y flatulencias.
Combate los problemas hepáticos: Gracias a la curcumina, es un excelente tónico biliar que protege las funciones del hígado. También concentra otras sustancias que ayudan a eliminar las piedras de la vesícula. Es antiinflamatoria, favorece el drenaje hepático y mejora la digestión de comidas copiosas. Se recomienda su consumo en pacientes con cirrosis, ictericia, trastornos hepáticos y de vesícula.
Combate algunos tipos de cáncer: Muchas investigaciones han demostrado que la cúrcuma contiene diez compuestos anticancerígenos, por lo que su consumo habitual sirve para los casos en que se padece cáncer de mama, de duodeno, de piel o de colon. A la vez ayuda en los tratamientos y a superar los efectos secundarios que se derivan de la agresiva quimioterapia.
Es desinflamatoria: Combate las enfermedades de la artritis reumatoide y el síndrome del túnel carpiano. Su consumo ayuda a las personas que padecen estas enfermedades, pues al tener cualidades desinflamatorias, mantiene menos hinchada la zona.
Trata la depresión: Desde hace miles de años esta especie ha sido utilizada por la medicina tradicional china para tratar la depresión y otros trastornos psicológicos o afectivos. La cúrcuma tiene muchos componentes estimulantes del sistema nervioso y, además, tiene efectos positivos tanto en el sistema inmunitario como en los estados de ánimo.
Protege el corazón: Su consumo ayuda en la salud cardiovascular. Y a su vez sirva para controlar los niveles de colesterol y triglicéridos de manera natural, previniendo ataques cardíacos.
Aumentan la inmunidad: Esta especia tiene la capacidad de incrementar la capacidad inmunomoduladora del cuerpo, gracias a nutrientes que posee como: el zinc, el cobre o los polisacáridos. Es bueno que las personas que tienen defensas bajas tomen cúrcuma, en su comida o como complejo vitamínico.
Es broncodilatador: La cúrcuma se utiliza en Asia para tratar la bronquitis de manera natural. Esto es debido a la acción antiinflamatoria que tiene. Por sus cualidades antioxidantes es la adecuada para el tratamiento de la EPOC.
Lucha contra los radicales libres: Esta especia de color amarillo ayuda a eliminar los efectos nocivos que causan los llamados “radicales libres”. Así lucha contra aquello que invade el cuerpo y lo enferma, aportando bienestar a los individuos.
Beneficiosa para la piel: Además de ser ingerida puede añadirse a mascarillas para la piel, la cara o el resto del cuerpo, pues posee propiedades antibacterianas que evita problemas como los hongos, la psoriasis y las infecciones cutáneas como los granos o los sarpullidos.
Las propiedades de la cúrcuma, por tanto, son muy amplias y cumple muchas funciones que benefician de manera positiva a la salud tanto física como mental. En el Blog de los Superalimentos se puede encontrar toda la información necesaria sobre esta nueva forma de alimentarse.
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