La Ruta del Vino de Rueda quiere celebrar el Día Mundial del Enoturismo descubriendo alguno de los tesoros ocultos que existen bajo la tierra castellanoleonesa. La cita se prolongará hasta el 12 de noviembre e incluye actividades de lo más variadas. Desde visitar bodegas subterráneas para conocer las raíces del vino, realizar ‘quesoturismo’, comer en las entrañas de la tierra o descansar en alojamientos con bodegas.
Así, esta semana se convierte en una ocasión especial para descubrir la gran riqueza del patrimonio subterráneo con el que cuenta la Ruta. Son cientos de bodegas subterráneas que, a diferencia de otras zonas de producción vinícola en España, están construidas en su mayoría bajo las casas.
Este patrimonio vinícola subterráneo es una muestra evidente de la importancia que el vino tuvo en la zona desde el siglo XV al XVIII. Y es que durante siglos, viticultores y bodegueros elaboraban y conservaban sus vinos en el subsuelo de su hogar, conviviendo y forjando una estrecha relación.
Se pueden encontrar buenos ejemplos de ello en La Seca, Madrigal de la Altas Torres, Nava del Rey, Medina del Campo o en Fresno El Viejo, que alberga la original ‘Bodega de Plastilina’. También, bodegas como Campo Eliseo, Garciarévalo, De Alberto, Félix Sanz, Menade, Muelas, El Hilo de Ariadna (Bodegas Yllera) o Mocén mantienen intactas sus galerías medievales. Estas siguen cumpliendo su función de guarda e, incluso, en algunas, se elabora de manera íntegra lo que se conoce como ‘vinos subterráneos‘.
Junto a ello, las bodegas bajo tierra dan la posibilidad también al visitante de realizar quesoturismo. Lo hacen a través de un proyecto pionero en España originario de la Asociación de Quesos de Bodega. Se trata de una unión de tres queserías que han encontrado en este tipo de estructuras subterráneas unas cualidades que no se pueden reproducir de manera artificial en cuanto al afinado de sus quesos.
Pero disfrutar de un buen vino siempre está ligado a una buena comida y por ello, la ruta ofrece un destino único. Martín Berasategui eligió este singular espacio para el desarrollo de su último proyecto. No es otro que El Hilo de Ariadna by Martín Berasategui, una gastrobodega ubicada en las entrañas de Bodegas Yllera, en Rueda.
Además de todas las actividades que realizar en bodegas subterráneas, la Ruta del Vino de Rueda propone también otros planes a lo largo de la semana.
Estos van desde degustar quesos artesanos en el Museo del Juguete, hasta una visita especial a la Bodega La Mejorada, del conocido arquitecto Rafael Moneo. Allí se degustarán diferentes vinos maridados con una selección de vinos y embutido en su impresionante capilla mudejar.
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