O Eirado da leña es el único restaurante con estrella Michelin de Pontevedra capital. Situado en la Praza da leña, es uno de los lugares más enxebres y bonitos de la ciudad, localizado en el caso histórico, frente al museo. Parece una plaza de cuento. Y allí es donde se instaló hace ya dos décadas Iñaki Bretal.
Aunque es oriundo de Ribeira, una pequeña localidad de la costa coruñesa, decidió “echar raíces” en la capital de las Rías Baixas por pura casualidad. Sus socios del comienzo eran pontevedreses y, después de trabajar un tiempo en Vigo, eligieron un cambio de aires del que nunca se ha arrepentido.
“No vengo de tradición de cocineros, pero siempre me gustó la cocina», me cuenta Bretal. «Soy de Ribeira (A Coruña). Mi padre, que ahora está jubilado, era marinero y trabajaba en San Sebastián. Y allí nos íbamos toda la familia en verano y Navidad. A los 16 años, edad en la que ya empezaba a salir, me quedé solo en casa y tenía que cocinar o pasar hambre (risas). Entonces me di cuenta de que esto me gustaba. Mi madre es ama de casa y siempre le ha gustado cocinar. Ella cocinaba primer plato, segundo plato y postre, algo muy habitual en nuestra tierra. Veía recetas en las revistas y yo creo que eso ayudó también a mi vocación”.
Nunca se ha arrepentido de haber elegido este camino. Todo el mundo le dice que la hostelería es muy dura, pero Iñaki no lo ve así. ¿Qué le hace diferente? “Pues mira, en O Eirado da Leña hacemos una cocina muy sencilla pero con muy buen producto. Yo duermo normalmente en Ribeira. Voy al mercado a las 6 y media de la tarde, que es cuando entran los barcos pequeñitos de bajura, que salen y vienen en el mismo día. Son los que me interesan.
«En verano hago dos viajes a Pontevedra. Por la mañana para hacer el turno de comida, vuelvo a Ribeira a comprar y regreso a Pontevedra para la cena y me vuelvo a mi pueblo a dormir. Hago 300 kilómetros al día (risas). Puede parecer una locura pero, mientras pueda, es algo que no quiero perder. Me compensa”.
Desde que comenzó con su aventura de O Eirado da leña, la vieira ahumada se ha convertido en un plato imprescindible. Iñaki Bretal tiene muy claro que menú es una apuesta segura de éxito..
“Con cualquier plato de mar, porque es lo que me gusta y lo que domino. De aperitivo, por ejemplo, unos percebes pelados y cortaditos con una crema de algas, un juguito del propio percebe y un poco de miso. Luego un bogavante cocido al punto, acompañado con una crema hecha con yema y una espuma de patata frita y cebolla. Un pescado, por ejemplo, un San Martiño al vapor marcado a plancha y, de postre, la torrija de café bombón. Si alguien me dice que no come bien con eso ¡no me lo creo! Imposible” (risas)
Una estrella Michelin avala que va por el buen camino. No siente presión después de haberla conseguido. Reconoce que cada vez le gusta más la sencillez, en concreto «los platos sencillitos que estén ricos». Está convencido de que siempre hay que darle una vuelta a todo para que te divierta hacerlo, pero “unos buenos berberechos abiertos al vapor son un espectáculo”.
Igualmente, días antes de que fuera oficial, el runrún de poder conseguir la ansiada estrella se hizo patente en la cocina de O Eirado. «La dieran o no la dieran, íbamos a seguir haciendo lo mismo. Porque es lo que sabemos hacer, lo que nos gusta y con lo que estamos cómodos». Pero el resultado fue de premio. «Fue un gustazo. Y, por supuesto, cuando nos enteramos y como te puedes imaginar ¡lo celebramos!”.
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