Por fin llegó el día y llena de impaciencia viajé hasta el Algarve para conocer un lugar “intergaláctico” apartado del mundo. La suerte y el azar me llevaron a ese universo infinito llamado Vila Vita Parc. Teniendo en cuenta que el emplazamiento es siempre lo más importante, este magnífico y seductor resort instalado en la cima de un acantilado, ciertamente, no podría ocupar un lugar mejor. Mi intención era desconectar y aquel era un lugar magnífico para ese propósito.
Hablo de la icónica costa del Algarve, el punto más al sur de Portugal a 45 Km del aeropuerto internacional Faro (FAO). En el trayecto pude ver entusiasmada que se trataba de un lugar de una impresionante belleza natural.
Una tierra tranquila y cálida de playas kilométricas de arena blanca donde se ubican las famosas grutas Algarvianas y antiguos pueblos de pescadores con esa lentitud y hospitalidad de sus gentes tan aferrada a la tierra. Un escaparate de arquitectura tradicional con pueblos que todavía conservan vestigios del pasado árabe o de la época de los descubrimientos.
En este oasis paradisíaco del Algarve frente al maravilloso y frío mar del Atlántico se ubica, en la cima de un espectacular acantilado rocoso, Vila Vita Parc Resort & Spa. Miembro de The Leading Hotels of the World) un resort de cinco estrellas de una belleza sin pretensiones, a unos minutos de la apacible población de Armação de Pêra.
En un plano más arquitectónico, no puedes imaginarte que se trata de una parcela de 22 hectáreas. Al llegar allí, una rápida visión de conjunto me hablaba de una gran extensión con privilegiadas vistas al horizonte. Las 203 suites y villas se hayan distribuidas de manera “artística” en distintos edificios bien integrados en un paisaje de exuberante vegetación con jardines tropicales donde pasear entre pinos y palmeras.
Su arquitectura singular de estilo morisco combina un estilo contemporáneo con un toque tradicional. Incontables senderos empedrados por los que atraviesan pequeños puentes te llevan a las diferentes áreas de suites y villas. Tal disposición permite tener habitaciones de diferentes categorías con el valor añadido que el hotel extiende su dominio sobre una playa aislada.
El Edificio Principal cuenta con habitaciones interconectadas y es ideal para familias. Las habitaciones de La Residencia están alineadas en el borde del acantilado, la zona más exclusiva del Resort. Está reservada solo para adultos, también con una visión completa del mar. Una zona perfecta para parejas que necesitan un plus de tranquilidad.
El Oasis Parc está formado por casas de dos pisos estilo arabesco, que recuerdan a un pueblo típico portugués con sus senderos adoquinados y elegantes jardines llenos de flores.
Las Masterpiece Villas ofrecen un aire de lujo sofisticado y refinado, calidez y luminosidad, cada espacio decorado con la mayor elegancia, estas también con vistas al mar. Otra opción las Vila Vita Parc y Vila Vita Collection dentro del resort y una colección única de villas y residencias privadas de lujo fuera de los límites del complejo en Salema y Galé, en el conocido como ‘Algarve virgen’.
Después de abrir sus puertas en 1992, Vila Vita Parc Resort rápidamente se convirtió en un punto de referencia del lujo en el Algarve. Celebra este año 2022 su 30 aniversario presentando una serie de eventos exclusivos como “Reach for the Stars”, donde el tema gastronómico ocupa un lugar especial.
La filosofía culinaria del hotel está basada en la diversidad con opciones para todos los gustos en sus seis bares y once restaurantes. Desde una cena a la orilla del mar, pasando por tradicionales recetas portuguesas. Hasta creaciones gastronómicas únicas como el restaurante Ocean diamante del resort.
Al entrar en Ocean salimos fuera del mundo de la cocina convencional para entrar en el micromundo de Hans Neuner, chef austriaco que llegó a ciegas desde El Tirol al Algarve aceptando el reto de conectar, diferenciarse y aportar algo nuevo a la cocina portuguesa. Fue de acá para allá y pronto empezó a ser codiciado por muchas cocinas de todo el mundo. El reto no era fácil pero él consiguió las 2 estrellas Michelin que hoy atesora el restaurante (2009 y 2011).
En el siglo XV los portugueses iniciaron su expansión colonial en una epopeya que los llevó al encuentro de otros pueblos y culturas en ultramar. Fue en 1498 cuando Vasco da Gama descubre el “Camino Marítimo hacia la India”. Nadie podía imaginar entonces que Hans Neuner iba a utilizar esa hazaña para inspirarse en un menú gastronómico como celebración del 30 aniversario de un Resort. Impensable, ¿verdad?
Desde muy pequeño tuvo la intuición de hacia dónde quería dirigirse gracias a la inquebrantable convicción de que no podía ignorar a sus maestros: su padre y su abuelo también cocineros. Enseguida empezó a intuir que aquello iba de reinventarse una y otra vez, pero sobre todo de ser fiel a uno mismo más allá de la disciplina y el esfuerzo. Tres lustros más tarde Hans Neuner juega en primera división en la alta cocina portuguesa de Ocean uno de los restaurantes más reconocidos y prestigiosos del mundo.
Cocinar es llevar al comensal del punto A al punto B con un hilo argumental. A Hans Neuner le toca trazar esa línea y ahí él revindica lo auténtico por encima del resto, por eso se le podría llamar “el inconformista que nos hace felices”.
Hans disfruta explorando por ello escudriñó investigando los ingredientes que los exploradores portugueses trajeron de sus viajes, hasta encontrar un juego donde el pasado se fusionara con el presente a través de un menú “atado a la memoria”.
El chef realizó diversos viajes con estadías en Cabo Verde, Ghana, Mozambique hasta llegar a Goa a modo de inspiración para crear sus platos y a través de la creatividad construyó su propio lenguaje, su iconografía. Sabía que tenía que encontrar “la idea estratégica” con un argumento y una propuesta contundentes.
Entrar en Ocean es sumergirse en un largo viaje exótico por las Colonias, entrar en un territorio desconocido donde un “menú emocional” pretende sumergirte en un recorrido con platos metafóricos que convergen en ese largo viaje, un trabajo muy conceptual que se aprende con el oficio.
La cocina de Hans es clara, transparente, estética. Sin arrogancia, con ingenio. Una cocina de profundidad que es sinónimo de simplicidad y minimalismo. Sin piruetas tecnológicas ni artificios innecesarios.
Empezamos, mientras tanto déjate guiar por los catorce momentos distintos el imprevisible itinerario «Ruta de la India«: 1. Queso de cabra y oveja de Setúbal • Moscatel de pasas de Portugal; 2. Caballa ahumada, percebes, huevas de trucha; 3. Maíz con caviar imperial • Yam • Caviar imperial; 4. ¿Vamos a pescar? Esa es la forma en que se presenta el servicio de pan: olivas, estragón, pan de algas “Perdido en la Antártida”; 5. Ostra de Ria Formosa, Eneldo, Pepino • «Escabeche»; 6. Cangrejo Azul, chile verde y aguacate inspirado en Dona Sonia – Moçambique; 7. «Matapa» lenguado, coco y cacahuetes; 8. Camaron Tigre de Mozambique, tomate, salsa XO Comida callejera en el camino a Inhambane; 9. Pluma» de cerdo, nuez Pecán, repollo, ajo fermentado; 10. Cordero, judías de Mungo, Achar de mango, Curry púrpura Semillas de anacardos – Anacardo; 11. «Mamá África» Inspirado por Dona Graciete – Mocambique – Banana; 12. «Caldeirada», Cardamomo y bolo de Sura.
Pero no podemos hablar de gastronomía sin hablar de vinos. El maridaje elaborado por el sommelier Ricardo Rodrigues fue guiado por una cuidadosa selección de vinos nacionales con preferencia por producciones limitadas y exclusivas.
Arrancamos el brindis con Champagne Delamotte Blanc de Blancs, seguido de un vinho verde Sem Igual Ramadas Wood 2017, un Aritno dos Açores Sur Lies 2019, un Belondrade y Lurton de Rueda 2014, un Ururabo Niepoort del Douro 2019, un vino local Paxá Vinha dos Urzais del Algarve 2019, un Procura 2016 del Alentejo, y para finalizar un Vinho da Madeira Barbeito Boal de 10 años.
Vajillas, cuberterías, especias, sales, botellas, equilibrio de aromas, texturas y sabores, la coreografía de la sala, el ritmo en el servicio. Él no tiene reparos en decir que su equipo es tan importante como él porque así es. Desde el maître al sommelier, en Ocean el servicio es una cuestión esencial.
Y por fin llegar al corazón del comensal. El espectáculo ha finalizado. El círculo sublime se ha cerrado. Una aventura culinaria de un nivel casi insuperable. Con propuestas así, claro, ningún comensal te olvida.
Hans Neuner ha conquistado un país conversando con sus ingredientes así que me pregunto: ¿Hay que ir a Vila Vita Parc y aprovechar para comer en Ocean o hay que reservar en Ocean y aprovechar para alojarte en Vila Vita Parc? No recuerdo haber tenido nunca ese dilema pero esa bidireccionalidad es sugerente y es comprensible, el lugar es mágico.
Aquel momento se parecía mucho a un sueño. La intemporalidad de un lugar existe porque perdí la noción del tiempo y me quedé sin palabras. Desde la ventana de Ocean estaba como pez en el agua flotando bajo una luz crepuscular. Después, la oscuridad dio paso a la luna llena brillante y pude compartir mi felicidad entre impresiones y sentimientos, y entonces en aquel momento, supe que estaba en uno de los lugares más maravillosos del mundo.
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