Entre el 22 de octubre y el 18 de enero de 2015 el Museo Thyssen Bornemisza acogió una exclusiva exposición sobre la obra de Hubert de Givenchy. La muestra estuvo comisariada por el propio diseñador, que supervisó personalmente las piezas y diseños que formaron parte de la misma antes de que se abriera al público. Durante su estancia en Madrid, eligió para alojarse un coqueto hotel del barrio de Justicia, cuya crema de boletus, que ahora tiene su nombre, le enamoró profundamente.
El establecimiento no es otro que el Hotel Orfila, un cinco estrellas situado en la calle del mismo nombre y en cuyo interior se respira lujo y sofisticación.
Así lo transmite su impecable decoración decimonónica y lo corrobora su pertenencia al exclusivo club Relais & Châteaux. Con todas estas señas no es de extrañar que su cocina esté a cargo de un chef de altura.
En este caso sus creaciones son obra de Mario Sandoval, galardonado con dos estrellas Michelin y tres Soles Repsol por su restaurante Coque y muy ligado al hotel desde hace tiempo.
De hecho, la crema de boletus que tanto gustó a Givenchy durante su estancia en Orfila fue un plato principal de su restaurante que, debido a su éxito, ahora es un must de su Jardín.
Y es que El Jardín de Orfila es el nombre del restaurante que ofrece, para clientes alojados o no, las creaciones del chef. Platos cargados de sabor que resaltan la importancia de utilizar ingredientes frescos y locales para disfrutar de una experiencia gastronómica única.
Atún en texturas con emulsión de sake; Carabinero a la brasa con americana de su jugo; Corzo Wellington con duxelle de foie de pato y trufa… los platos principales son tan sugerentes como sabrosos. Y a ellos se suma una exquisita selección de postres a completar (o no) con un café de especialidad o una extensa carta de tés.
Estos son los protagonistas de la Tea Experience, con dulces, finger sandwiches y scoones recién horneados. Es una de las seis opciones que el establecimiento ofrece para acercar la excelencia del cocinero a clientes de todos los perfiles.
Desde el desayuno buffet hasta el brunch pasando por sus tres menús o la citada Tea Experience. Todo en Orfila tiene un halo de elegancia, sofisticación y delicadeza a prueba de clientes exigentes.
No sabemos si Givenchy prefería el menú ejecutivo (52 euros), se dejó agasajar con el menú degustación (115 euros) o en alguna ocasión tomó el menú enamorados (80 euros) perfecto para una ocasión especial, una pedida de mano, un cumpleaños o aniversario.
Lo que sí sabemos es que una vez volvía al hotel tras trabajar en su exposición, no salía de él hasta el día siguiente. Sería porque allí encontró el calor de quien busca sentirse como en casa estando fuera de ella.
Porque sus rincones le resultaron acogedores y le conmovió el mimo de sus detalles. Esos que hacen hogar también en la cocina, en los platos de cuchara caliente… como la crema que lleva su nombre.
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