La humanidad decidió un buen día que la palabra imposible era muy corta y desde ese momento no ha dejado de dar pasos hacia lo inaudito. Y este camino, lejos de ser un modelo de superación personal, ha conseguido ser un auténtico revulsivo social. De hecho, cada meta conseguida, cada hito coronado, nos acerca más a la excelencia. Así, Dubái puede presumir de ser la primera ciudad con más hitos modernos del Orbe. De hecho, aun habiendo en otras ciudades avances impresionantes, es indudable que Dubái es la ciudad de los récords.
Y para muestra las torres One Za’abeel, un complejo compuesto por dos torres unidas por un puente aéreo a 100 metros de altura que pasa por ostentar el título de voladizo más largo del mundo.
Una obra que se ha inaugurado este mes y que fue diseñada por una firma de arquitectura japonesa llamada Nikken Sekkei. El voladizo, que pone en el mapa a las torres, sobrevuela la ciudad unos 66 metros de longitud… ¡¡una verdadera pasada!!
Si te lo preguntas, el voladizo tiene nombre: The Link, y los rascacielos también: The Tower y The Residences. Por supuesto, la segunda torre mentada posee residencias de alto lujo, alcanza los 235 metros de altura gracias a sus 59 plantas, que albergan 264 residencias. Estas tienen entre uno y cuatro dormitorios de distintas tipologías. Y como habrás adivinado, su joya de la corona es un impresionante ático de cinco dormitorios.
El complejo se ubica en la puerta del distrito financiero, marcando la silueta (o skyline) de la ciudad, y sirviendo de referencia a los visitantes del aeropuerto del Emirato más famoso del mundo. Por supuesto, una de las metas de esta impresionante construcción es llamar la atención del turismo.
Para ello no sólo alberga un hotel (llamado SIRO) en The Tower, edificio que llega a los 300 metros con sus 68 plantas. También posee 26.000 metros cuadrados de oficinas mega sostenibles y 94 apartamentos y 9 áticos de lo más exclusivo.
Obviamente, su plataforma suspendida a 100 metros de altura, que posee 230 metros de longitud, es el lugar ideal para el ocio. Tiene un abanico gastronómico de primer nivel, tiendas retail y numerosos espacios para el disfrute. Uno de ellos es la piscina infinita más larga del mundo (¿cómo te quedas?) a la que apodan cariñosamente “la playa”; y un jardín que ya te gustaría tener cerquita (bien cuidado y todo).
El arquitecto jefe del proyecto, un señor llamado Kokona Nakamura, cuenta a quien quiera escucharle que: “Queríamos crear un edificio elegante que representara el espíritu de Dubái y al mismo tiempo proporcionara una sólida puerta de entrada a la ciudad». Y desde luego, lo han conseguido, porque las majestuosas líneas que marcan la silueta de las torres presentan un juego de sombras interesantísimo que se verá elegante incluso si cambiáramos su alrededor.
Pero vayamos al grano, que hay cosas interesantes que contar. The Link pesa unas 12.000 toneladas y su robusto porte está confeccionado con un tramer enorme, con tubulares de acero en forma de rejilla romboidal en sus cuatro lados.
Esta rejilla transmite las cargas de un extremo a otro hasta que llega a los puntos conectados con las torres. Desde ellas, las cargas viajan en vertical hasta los cimientos, donde se diluyen en el suelo de Dubái.
Gracias a este caparazón, el espacio interior es totalmente libre de obstáculos, lo que permite unas posibilidades de uso impresionantes. Otra característica que hace único al puente voladizo es que sobrevuela una autopista de seis carriles. La misma sobre la que se elevó una sección de The Link de 8.500 toneladas de peso durante 12 días… (¡agüita!) para luego izar el resto, una punta de 900 toneladas en cuatro días (bah, minucias).
El puente voladizo más largo del mundo reduce los efectos del viento sobre las torres. De hecho sirve de amortiguador aumentando la seguridad estructural (no lo esperabas ¿eh?). En total, el complejo tiene 530.000 metros cuadrados de espacio de uso mixto, y está conectado al puente llamado Al Mustaqbal. Las fantásticas cristaleras poseen vidrio Low-E de gran rendimiento en cuanto a protección solar se refiere y que, evidentemente, proveen al inmueble de gran eficiencia energética.
Como es usual en este tipo de complejos, un enorme podio hace las veces de base de las torres. Bajo él hay 14 plantas de sótanos divididos entre los edificios y tres plantas sobre la rasante. Estas albergan no sólo las entradas a los rascacielos, también instalaciones comerciales y de ocio. Y en el exterior se completan con parques urbanos, un parque infantil y una gran fuente.
La empresa constructora se llama Alec Engineering And Contracting (siempre debemos darle un reconocimiento a quien hacen posible las obras de construcción). Esta contribuyó a implantar las estrategias energéticas que han llevado al complejo a obtener la certificación oro en construcción ecológica LEED.
Con todo, lo más impresionante del asunto es ver dos torres atemporales en una de las urbes más temporales del mundo. Una ciudad con edificios llamativos por sus formas, por sus colores y dimensiones, en la que un estudio japonés ha “colado” unas torres con perfiles limpios, rectos y simples, y un voladizo enorme pero singularmente rectilíneo. Una estructura que más parece un desafío a la tradición de Dubái que un elemento pensado para destacar, aunque, inevitablemente, destaca.
El pasado mes de marzo, IQOS presentó su campaña 'IQOS Game Changers' que reconoce a… Leer más
No hace mucho tiempo, los medios internacionales se hicieron eco de que los duques de… Leer más
El mercado de la vivienda de lujo en España ha vivido una enorme expansión en… Leer más
La coronación de Carlos III fue, con permiso del funeral de Isabel II, el gran… Leer más
Tras la victoria electoral de Donald Trump, los mercados globales han reaccionado con movimientos significativos.… Leer más
Pocas imágenes de la historia del cine son tan recordadas como la de Olivia Newton-John… Leer más