Una jaima es un elemento arquitectónico singular, una obra de arte trasladable, fácil de montar, que cubre un nutrido grupo de necesidades de las personas que las usan, la más interesante: la protección frente al calor. En el pasado los pueblos nómadas del norte de África las usaron en sus distintos traslados en búsqueda de alimentos, aún hoy, se hayan en gran parte del continente, siendo un potente símbolo cultural.
¿Es posible que sea casualidad que, para el diseño del estadio de fútbol de Marruecos, el Estadio Hassan II, se haya visualizado como una enorme jaima? Es posible, claro, poco probable apenas conozcamos cómo funcionan las mentes de los diseñadores, máxime si son arquitectos, que tratan siempre de vincular sus edificios con el entorno o sus parámetros culturales. Así, es más que obvia la relación si vemos las espectaculares imágenes.
Será, según dicen sus promotores, el estadio de fútbol más grande del mundo, ahí es nada,. Estará en El Mansouria, una localidad costera a 44 minutos de Casablanca y a 49 de Rabat. Sus diseñadores han sido los estudios de arquitectura Populous (os acordaréis de ellos si ponéis su nombre en el buscador de The Luxonomist) y el estudio Oualalou + Choi (estudio local con sede, también, en Francia).
El estadio será capaz de acoger a 115.000 espectadores, y estará rodeado de un enorme paraje verde, con zonas de aparcamiento circundando el edificio. La enorme zona cubierta estará ejecutada con travesaños de aluminio blanco, reflejando la luz solar y contrastando con el verde exterior, pero, al mismo tiempo, creando un espacio semi-transparante que vincula interior y exterior.
El techo, tipo carpa, en honor a una fiesta regional llamada moussem, no se posará en el suelo. Permite así la entrada directa desde el exterior, apoyándose en varios puntos en los extremos y en las treinta dos escaleras que conforman el el anillo exterior del estadio. Además, el edificio tendrá grandes jardines en distintas cotas, los más espectaculares, sobre voladizos a 28 metros del suelo.
Los afortunados que disfruten del partido final del Mundial (optan a que se celebre en este estadio) podrán elegir entre tres niveles de gradas, lo cual permite una visión óptima desde cada espacio, y, los más afortunados, lo harán desde las salas VIP y VVIP, con la mejor posición. Por supuesto, el complejo cumplirá los estándares de la FIFA y se utilizará también como sede de los encuentros de dos equipos locales.
Este nuevo icono arquitectónico y deportivo del país vecino ya ha empezado a construirse, y se espera que sea el fiel reflejo de la tradición más hospitalaria del pueblo marroquí. Por supuesto, transformará para siempre la economía local y su visión será inspiración para los deportistas. Según el director del proyecto, François Clément, el estadio de fútbol más grande del mundo ofrecerá espacios extraordinarios donde crear experiencias excepcionales.
Obviamente, no sólo destaca el futuro estadio por su silueta montañosa, también por el verde que se pretende generar en sus alrededores. Probablemente también lo convierta en el estadio más arbolado de África y del resto del mundo. Según los medios, se trata de conseguir un edificio sostenible, al menos un 50 por ciento más sostenible que este tipo de edificios…
Con todo, no sabemos si conseguirá su propósito de alzarse con el partido de la final, arrebatándoselo a un Bernabéu que tiene sus méritos propios. Lo que si sabemos es que la estructura principal exterior será un placer para los sentidos, soportada por enormes pilares en ángulo que trabajarán en flexión con elementos tensionados, encargados de recibir las cargas de las láminas de aluminio y los empujes del viento sobre ellas.
Un estadio es un encuentro entre diferentes, pero también es una zona de diversión, de crecimiento personal y colectivo, y a este estadio no parece faltarle motivos de orgullo, incluso posee varias canchas circundantes, para el entreno de veteranos y jóvenes, además, obviamente, de conseguir un espacio bastante verde y atractivo incluso para los que no son amantes de este deporte, y, según previsiones, tan sólo por 450 millones de euros… ¿No es poco?
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