La capacidad de adaptación al medio es la principal herramienta para sobrevivir. Una herramienta que hay que saber usar y no aplicarla demasiado tarde, ya que un error de cálculo puede ser fatal para nuestro futuro. Las grandes marcas son expertas en dos cosas: adaptarse al medio y crear el medio, y con el edificio que os mostramos esta semana, no sé muy bien cuál es la que usa IKEA… Tal vez las dos.
El edificio se ubica en Austria, más concretamente en su capital, Viena. A pesar de no ser una genialidad, es un ejemplo de aprovechamiento de sinergias, las que devienen de la preocupación medioambiental, sumadas a la inspiración que da la marca, una empresa internacional que ha creado un concepto único de mobiliario, práctico, versátil y económico.
Así que, con estas condiciones de partida, los arquitectos del estudio Querkraft Architekten de Viena, los mismos del Pabellón de la Expo 2020 de Dubái de su país, han creado la simbiosis perfecta para la marca. ¿Por qué perfecta? Primero porque enraíza con las políticas de sostenibilidad que tanto gustan. Su edificio se define como una gran estantería, con espacios abiertos en sus cuatro fachadas y, además, con una enorme terraza verde en su azotea.
El edificio no posee aparcamientos, cosa rara en este tipo de espacios comerciales, pero no deja de ser un guiño atrevido con muy buena prensa. Además, se ahorran un dinerito al no tener que excavar en exceso, ni hacer muros de contención o conducciones para la extracción de aire.
La verdad es que el inmueble no tiene desperdicio. Se trata de un volumen cuadrangular formado por pórticos regulares de diez por diez metros, con pilares prefabricados de hormigón armado, apoyando estructuras metálicas que conforman el resto del espacio. Las instalaciones son vistas, lo que revierte en ganancia de espacio libre y de volumen de aire, por supuesto, se ha cuidado mucho la ventilación.
El edificio posee muchas ventanas, y cuida atentamente el trato a las personas, ofreciéndoles lo que más les gusta: espacios de diversión y ocio. Así, la enorme terraza de la cubierta se encuentra abierta al público, con una cantidad ingente de enormes macetas y, lo mejor, una cafetería, que no debe faltar nunca.
Un enorme atrio central conecta las siete plantas del inmueble mediante escaleras y visualmente, permitiendo la abertura interior en las plantas intermedias. Según los arquitectos, esto incita a los usuarios a visitar otras plantas, debido a la conexión visual. A mí, ni poniendo paredes muy gruesas me iban a impedir curiosear, pero es verdad que se agradece.
El edificio se ubica junto a la estación ferroviaria de Mariahilfer Straße, y sus espacios comerciales, por lo que es muy fácil y muy productivo llegar allí. En total, IKEA tiene plantados 160 nuevos árboles, por supuesto, esto influirá en el microclima del lugar, proveyendo refrigeración y humedad naturales, que contribuye a menguar la isla de calor de la ciudad vienesa.
En total, la nueva construcción posee 21.600 metros cuadrados de superficie útil, además, los pertenecientes a las dos últimas plantas son un albergue, el Jo&Joe Hostel, con, nada más y nada menos que 345 camas, una variedad tipológica importante y precios muy buenos. Así que, si tienes que ir a Viena, es un lugar interesante donde quedarte.
A los amantes de la naturaleza les gustará saber que durante la demolición del edificio que ocupaba el solar, la compañía encontró algunos nidos de vencejos y cernícalos, así que, para no quitarles su hogar, han contratado un especialista que prepare 30 sitios donde anidar. Además, van a ubicar en los espacios libres no accesibles al público modernas colmenas, lo que contribuirá decisivamente al aumento de la población de abejas.
Es importante reseñar dos cosas, la primera, que los arquitectos proyectistas fueron elegidos mediante un concurso, lo cual demuestra la valía de este tipo de eventos a nivel privado, nada desdeñables cuando las empresas busquen encontrar el mejor rendimiento. Y la segunda, que el edificio ha conseguido los certificados BREEAM, GREENPASS Platinum y Fairfüralle, internacionales los dos primeros y austriaco el último.
El nuevo edificio de IKEA es muy diferente a los que nos tiene acostumbrados la marca, nada de cajón donde dar vueltas y comprar si queremos salir. El edificio rompe los moldes implantados por la empresa y ofrece versatilidad, zonas de disfrute, comida y hasta arte, con zonas donde se expondrán actividades artísticas. En suma, un nuevo rumbo para sobrevivir y del que se aprovecharán los ciudadanos vienenses y los visitantes.
*Fotografías cortesía de Hertha Hurnaus.
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