En estas páginas descubrimos hace dos años el Colegio Reggio de Madrid. Un centro educacional de primer nivel no sólo por la enseñanza directa, sino también por la indirecta, y su fuerte compromiso con el medio ambiente y su cuidado en el futuro. Así, pudimos conocer el gran trabajo del arquitecto Andrés Jaque en el diseño y gestión de cada parte del edificio y su significado.
Esto hace que no nos sorprenda la idea que él y su equipo Office for Political Innovation han gestado en colaboración con la asociación M-Marble Project. Una idea que cuyo trasfondo ecológico, cultural y digestivo no se le escapa a nadie y que tiene título muy sugerente: La Cocina Transespecies, una nueva forma de entender el proceso de crear comida.
Para saber más de este singular proyecto puedes visitar el Museo Middleheim de Amberes, Bélgica, en el que se ha instalado una muestra activa durante todo el verano. Jaque nos cuenta que “Cocinar, digerir, crecer y descomponer son lo mismo: una alianza entre diferentes formas de vida”. Desde esta premisa comenzó el proyecto experimental en el año 2021, y más tarde se incorporó el fabricante de piedra M-Marble Project.
¿Pero qué es la cocina transespecies? Se trata de una forma de cocinar para descarbonizar nuestra forma de generar comida. Se basa en la fermentación de los productos recolectados, elaborando alimentos que contribuyen activamente a la descarbonización del planeta. Desde el punto de vista del arquitecto, la cocina es más ecológica y política que física, así que, desde su punto de vista, un cambio en ella afectará a la vida social.
Es decir, que la vida colectiva propone una cocina que desbanca a la vida individual o, en otras palabras, las actividades humanas siempre se vinculan a la colectividad, y la cocina no es la excepción. Pero bueno, no nos vayamos por los cerros de Úbeda.
La propuesta es transformar los alimentos mediante la zimología, la fermentación basada en bacterias y hongos. De esta forma, este tipo de cocina provee una salida a la digestión, proponiendo una cocina post-carbono.
La industria de la piedra sólo utiliza el 30% del producto extraído, habiendo un gran desecho de material. Estos desechos son aprovechados por la cocina transespecies de forma natural, con una leve transformación, en la que no se modifica su naturaleza, no se agregan materiales externos a la piedra y elimina todo proceso de industrialización en la producción alimentaria, bajando así considerablemente la producción de desechos.
Este evento en el bosque del Museo Middelheim recibe el nombre de Antwerphagia. En él se celebra el acto de comer y ser comido por/como los ecosistemas de Amberes.
La idea es que seamos conscientes que se puede cambiar cualquier proceso, incluso el de la creación de comida tal y como la entendemos hoy día, diluyendo los límites entre cocinar, comer y descomponer.
En Flandes se han tomado muy en serio la toxicidad del suelo y la crisis climática, y esto condiciona la política de la región.
La cocina transespecies no funciona con gas o electricidad y, según sus gestores, “la cocina transespecies es el arte de contar la energía a partir de la sociabilidad molecular”. En otras palabras, una propuesta que puede cambiar nuestra visión de la creación de la comida desde la arquitectura. Da que pensar, ¿eh?
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