En los últimos años las casas modulares han ido ganando popularidad. A su ahorro temporal y económico se unen diferentes ventajas que convierten estos diseños en una alternativa nada desdeñable, como su durabilidad o su eficiencia energética. Aunque cuando hablamos de casas prefabricadas solemos pensar en viviendas de madera, lo cierto es que numerosas empresas ofrecen diseños prefabricados de hormigón, una opción que compite con las viviendas de obra tradicionales.
Pese a que en España estas viviendas no han sido tan demandadas como en otros países europeos, en los últimos años hemos visto cómo cada vez más empresas ofertaban viviendas modulares. Algunas son de nueva creación, mientras que otras, como Hormipresa, cuentan con más de 40 años de experiencia.
Independientemente de la firma con la que contratemos los servicios, es importante tener presente qué tipo de vivienda queremos. De madera u hormigón, de una sola planta o de dos, de tres o cinco habitaciones… Aunque, como su propio nombre indica, las viviendas prefabricadas son diseños fabricados de antemano, existen varias opciones que las empresas ofertan para cada tipo de cliente.
Las casas modulares son más económicas que las casas de obra. Esto se debe, entre otras, al ahorro de costos iniciales. En el caso de las viviendas de hormigón, éstas se construyen por «bloques» o «módulos», permitiendo un ahorro inicial gracias a su estudio y precisión de obra.
Sin embargo, el ahorro económico no se produce únicamente al inicio de la obra. Dependiendo de la empresa con la que contratemos la casa, algunas poseen una durabilidad, mantenimiento y eficiencia energética mayor que otras. Por ejemplo, las viviendas de madera, aunque son más económicas inicialmente, precisan de un mantenimiento externo que no posee el hormigón. De igual modo, el hormigón es más resistente a largo plazo, algo que se manifiesta en el ahorro a largo plazo.
Con respecto a la eficiencia energética, las viviendas prefabricadas están concebidas para mantener la temperatura interna del habitáculo. Esto significa que en invierno conservarán el calor con mayor facilidad que las viviendas de obra. En Hormipresa, por ejemplo, garantizan que sus viviendas son «tres veces más eficientes» que las casas tradicionales.
Junto con el ahorro económico, el ahorro temporal es otra de las principales razones por las que los particulares se decantan por las casas modulares. Las casas de hormigón se construyen en un plazo de 7 meses, una temporalidad impensable para las viviendas de obra. Una vez transcurrido ese periodo, que se adapta a las condiciones del cliente, la casa queda totalmente preparada para la entrada del propietario.
Al tratarse de diseños prefabricados, un solo arquitecto dirige todo el proceso. Esta es una de las causas por las que los plazos son ágiles, aunque también habría que añadir la rapidez en las licencias o los materiales preparados.
Como hemos comentado, son muchas las empresas que se dedican a estos servicios. No obstante, es importante contar con un equipo fiable y con experiencia en este tipo de construcciones.
Asimismo, las casas prefabricadas ahorran numerosos quebraderos de cabeza al principio, pero es preciso analizar qué tipo de vivienda necesitamos y conocer la opinión de los especialistas al respecto. Gracias a la contratación de una buena empresa, la durabilidad puede superar los 100 años.
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