Sidney inaugura en la nueva Quay Quarter Tower su primer pueblo vertical
La ciudad australiana modifica su skyline reformando uno de sus más queridos rascacielos y transformándolo en un espectacular ejemplo de ecología práctica.
Las reformas permiten aprovechar lo mejor de muchos edificios, contribuyendo a la generación de nuevos espacios, o a la modernización de los actuales, mediante el acondicionamiento de lo existente. Estos ejemplos se ven en casi todas las ciudades, en las que los edificios con algún grado de protección son modificados, dejando parte de su estructura al servicio de la nueva actuación. Rara vez, esto se ejecuta en edificios de gran altura.
Pero rara vez no significa nunca, y en Sidney acaban de finalizar la rehabilitación adaptativa (Adaptive reuse en inglés) de uno de los edificios más icónicos de la populosa ciudad de Australia: el Quay Quarter Tower. Ubicado en el 50 de Bridge Street, en primera línea del skyline de la urbe, se construyó en 1976 para albergar 45 plantas de oficinas y es propiedad de AMP Capital.
El mítico Quay Quarter Tower
La empresa contrató a un equipo de arquitectos de fama mundial, llamados 3XN Architects, para diseñar la remodelación de la torre. Así, aunque no sabemos hasta qué punto la empresa tenía la intención de aprovechar la antigua torre, ya se sabe que estas locas ideas suelen venir de los profesionales del medio, cuyos atrevimientos siempre son un arma de doble filo. En este caso, creo que ha sido acertado.
Lo genial de esta reforma no es la nueva configuración del edificio, que ha pasado de ser un monolítico elemento lineal a constituirse en un “pueblo vertical”. Éste está compuesto por cinco volúmenes con distintas posiciones sobre el eje de la torre y con distintas formas; que hacen que el espectador vea distintas torres según su punto de vista, además, esto crea distintas variables interiores de gran valor.
Un edificio mucho más alto
Lo más increíble de esta obra ha sido el aprovechamiento de una parte muy importante del inmueble. En números, el edificio construido originalmente en 1976 ha pasado de tener 45 plantas de altura a poseer 54. Sus 188 metros de altura en el pasado han llegado a los 216 actuales; y su superficie casi se ha duplicado, pasando de 45.000 metros cuadrados a casi los 90.000 actuales.
Pero hay más. El edificio ha conservado el 65 % de la estructura original, es decir, las columnas, vigas y losas de hormigón del pasado aún siguen en funcionamiento y el 96 % del núcleo de la torre sigue, también.
Un edificio más sostenible
Según los arquitectos, trabajar esto ha supuesto un importantísimo ahorro de tiempo y dinero, pero, sobre todo ha hecho que la construcción disminuyera su huella de carbono drásticamente.
Es decir, se han ahorrado entre seis meses y un año de trabajo, y alrededor de 6,1 millones toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto podría compararse con dos años de emisiones del edificio o, como nos dicen los ingenieros de Arup (que también colaboraron estrechamente en este proyecto), se han ahorrado 35.000 viajes de avión entre Sidney y Melbourne, con la contaminación que ello supondría.
Una gran rehabilitación a la altura de otras grandes de Sidney
La empresa ha comparado esta actuación con la Ópera de Sidney, diseñada por Jørn Utzon y Ove Arup en 1973. De hecho, se ha dicho que es la primera gran obra arquitectónica diseñada por un danés en suelo australiano desde aquella.
El otro estudio de arquitectura implicado, BVN Architecture, nos explica que se han instalado 40 ascensores en 22 huecos; que las escaleras en los bloques individuales son de caracol vistas; y que algunos forjados son “desmontables” permitiendo la posibilidad de cambio de espacios a los arrendatarios.
Los números del Quay Quarter Tower de Sidney
Sin embargo, debemos tener un punto y aparte especial para la contrata principal de la obra, sin la cual no se habría podido ejecutar este nuevo hito australiano, y mundial, según ellos mismos nos indican. Multiplex, así se llama la empresa, nos cuenta en su web que el contrato firmado fue de 900 millones de dólares australianos, unos 600 de euros. Una cantidad importante que haciendo números gruesos, saldría a 6.700 euros el metro cuadrado construido.
De hecho, la torre es sólo una parte del plan urbano, compuesto por el edificio de oficinas, varios edificios residenciales, y una zona comercial dinámica, todos estos elementos configuran el Quay Quarter Sydney, el nuevo espacio de vida de Sídney.
En su web hemos descubierto dos cosas interesantes, la primera que las escaleras de caracol fueron ejecutadas durante la construcción, introduciéndolas con las grúas torres. La otra que en la fachada hay, nada más y nada menos que, 5.000 paneles acristalados, cada uno con un peso aproximado de 1.300 kilos.
Un éxito de ejecución y venta
El éxito de la torre ha hecho que queden pocos pisos disponibles, y que empresas como AMP (por supuesto), Deloitte, Corrs Chambers Westgarth, JPW y EQT ya tengan su espacio allí. Y es que debe valer la pena disfrutar de las mejores vistas de la Ópera de Sidney en una de sus Sky Terraces. Es decir, terrazas verdes donde descansar del duro trabajo de oficina mientras rellenas tus ojos con vistas increíbles.
Para terminar de ponernos los dientes largos, la torre se alza sobre un podio que alberga supermercados, gimnasios, restaurantes y salas de conferencias. Además, otra gran terraza en su cubierta, con un jardín excepcional repleto de vegetación seleccionada, espacios de esparcimiento y una escultura para disfrute del público, además de poseer un espacio para eventos y un estudio de yoga. Se llama Podium Garden, y ya tiene todos mis respetos.