¿Por qué los ingleses van a Burgos a observar pájaros?
En Reino Unido lo llaman birdwatching y es de allí que vienen a la provincia de Burgos a ver al hasta ahora considerado extinto buitre negro
Mochila, sombrero, un buen par de botas y prismáticos. No se necesita más para disfrutar de una de las últimas tendencias en turismo de naturaleza: lo que los ingleses llaman birdwatching. Y es precisamente de allí, de Reino Unido, de donde llegan muchos birdlovers a la provincia de Burgos.
Pero ¿por qué allí? No muchos lo saben, pero la provincia de Burgos esconde algunos de los pocos rincones en los que se puede observar el impresionante vuelo del buitre negro, la rapaz de mayor envergadura de Europa. Si además puedes verlo entre desfiladeros, cascadas y bosques milenarios, poco más hay que decir. No todo en verano es playa y chiringuitos.
Los ingleses ya lo saben y ahora tú, también. Aquí tienes algunas de las mejores rutas por la provincia de Burgos para coronarte como un auténtico birdwatcher y confirmar que la naturaleza es el mejor antídoto contra la picadura del estrés.
Huerta de Arriba, donde anida el casi extinto buitre negro
Hace 60 años habría sido imposible verlo desplegar sus alas porque el buitre negro se daba oficialmente por desaparecido. Pero el Proyecto Monachus, gestionado por Grefa (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat), obró el milagro. Ahora, venir a Huerta de Arriba, en la espectacular Sierra de la Demanda burgalesa, es ir al nido de la gran rapaz europea.
Este rincón a 84 kilómetros de Burgos, entre las sierras de Neila y de la Demanda, que rezuma casas blasonadas en su casco urbano y presume de encantadores reclamos como la ermita de Santa María o la iglesia de San Martín, es escenario de uno de los proyectos de recuperación natural más ambiciosos de Europa. Un modelo a repetir.
Sus tres metros de envergadura planean por las altas cumbres que caracterizan los paisajes de este paraíso burgalés para deleite de los amantes del turismo ornitológico, de la fotografía y del slowlife, en general, que pueden practicar birdwatching al tiempo que disfrutan del espectacular patrimonio de la zona con la Ruta Serrana (Neila).
El Pan Perdido, un lugar idóneo para el birdwatching
En el incomparable marco del Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil, entre encinares y la mirada asustada de algún que otro corzo, está El Pan Perdido. Es decir, la cima más occidental y más alta de la Sierra de Oña que cierra una parte de los llanos de La Bureba burgalesa.
Esto es tierra LIC (Lugar de Importancia Comunitaria por su biodiversidad y la riqueza de sus ecosistemas) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Lo que viene siendo un paraíso de los que pocos quedan por el que se puede realizar una ruta circular (14 kilómetros-dificultad media), perfecta para los que se inician en esto del birdwatching y son amantes además de la aventura y el senderismo.
Desde aquí, en silencio, se escucha al alimoche, el águila real, la chova piquirroja y el buitre leonado y se les ve sobrevolando a la caza de alguna presa. El espectáculo es sobrecogedor y la naturaleza que los envuelve, única.
Ubierna entre la dehesa y el cañón
En pleno corazón de la provincia de Burgos se encuentra la comarca de Alfoz de Burgos, enclave elegido por el ser humano desde la Prehistoria para asentarse (Yacimiento de Atapuerca). Si bien no fueron los hombres los únicos en elegir este lugar para vivir, también lo hicieron las aves, y no pocas especies, de ahí que ahora sea uno de los puntos marcados en el mapa para disfrutar de su observación.
Ubierna entre la dehesa y el cañón es una de esas rutas (12.6 kilómetros-dificultad baja) en las que llenas los ojos de experiencia y naturaleza sin necesidad de ser un experto birdwatcher.