La experiencia de dormir sobre una obra de arte

Si consideran emocionante ir de camping prepárense para asimilar la propuesta que les ofrece el nuevo Centro Botín de Santander hasta el próximo 9 de septiembre. El museo brinda la posibilidad de pasar la noche en una de sus salas durmiendo sobre una obra de arte con forma de cama doble. Dos personas por noche podrán disfrutar de esta experiencia sobre Elevator Bed (2010), una de las piezas más emblemáticas del artista belga Carsten Höller (Bruselas, 1961).

La cama en cuestión consta de una estructura rotatoria y es capaz de elevarse hasta más de tres metros por encima del suelo lo que permitirá a quiénes se sumerjan en tan especial aventura no sólo contemplar el conjunto de las obras presentes en la sala desde un magnífico punto de observación sino, también, ser testigo de una de las vistas más espectaculares de la bahía de Santander. La experiencia forma parte de la muestra monográfica ‘Y’ que sobre Höller realiza el nuevo Centro Botín. Se trata de la exposición más completa, que se ha hecho nunca en nuestro país, sobre el artista de ascendencia alemana.

Si se sienten tentados por la propuesta podrán hacer la reserva a través del Hotel Real de Santander. El precio de la experiencia oscila entre los 250 y los 350 euros y da derecho al acceso a los utensilios y servicios propios de un hotel como son toallas, geles y desayuno, así como a disfrutar de otras dos piezas de arte del mismo Höller dispuestas en la exposición. Por un lado, el huésped podrá sumergirse en la obra titulada High Psycho Tank (2014) que no es sino un tanque lleno de agua saturada de sal de Epsom a temperatura corporal. La experiencia incluye, adicionalmente, la posibilidad de usar la pasta de dientes Insensatus, creada también por el propio artista.

‘Y’ nos sumerge en los atributos creativos más conocidos del artista belga. El universo del creador tiene una fuerte inclinación a analizar las posibilidades vitales y la capacidad de elección del individuo ante las mismas. Al ser esta exposición una revisión de los aspectos más conocidos de Höller se nos ofrece la opción de pasar o no la noche “en” su obra de arte, aunque esta no será la única opción a la que nos enfrentemos al asistir a esta muestra.

Al iniciar el recorrido deberemos optar entre dos itinerarios alternativos lo que hará que nuestra experiencia de la exposición sea muy diferente en virtud del camino elegido. Esto permitirá que nuestra experiencia de la exposición esté directamente relacionada con el posicionamiento individual que hemos sido forzados a revelar al inicio de la muestra. El espectador se convierte así en objeto de la obra de arte ya que su elección individual acaba teniendo una consecuencia determinante y performativa sobre la experiencia museística de la visita.

Höller se formó inicialmente como científico siendo Doctor en Agronomía. E igual que haría un científico en un experimento de laboratorio, el visitante activa la pieza y luego observa el resultado de su propia interacción. En definitiva, la obra del artista belga requiere una aproximación más voluntaria a la obra de arte, pensada como un medio que nos haga más conscientes y vigilantes ante la vida y nos permita, quizás, adoptar un enfoque más crítico sobre la realidad como una construcción compleja.

Aseo, descanso y relax son algunas las propuestas ofrecidas por ‘Y’ de Höller y secundadas por el nuevo Centro Botín que nos deja claro con este estreno que sus paredes, diseñadas por el arquitecto Renzo Piano, están dispuestas a dar cabida a propuestas radicales y de absoluta contemporaneidad.