El titular de este artículo resume a la perfección algunas de las sensaciones que tuve al concluir el diálogo con Rubén López, el fundador de la Foundation Invencible. Esta organización se creó hace tres años y en este corto periodo de tiempo ha colaborado para mejorar la educación en Uganda, la lucha contra el Alzheimer, el cáncer o la violencia de género.
Rubén no solo se dedica a correr, bucear, escalar o viajar a lugares en condiciones extremas, sino que también trata de concienciar a la sociedad sobre los problemas que sufre la población en todo el mundo. Si estás interesado en conocer más sobre esta iniciativa, a través de su página web podrás participar en diferentes retos y hacer donaciones para mejorar la vida de los que más lo necesitan.
The Luxonomist: Para los que no te conocen… ¿Quién es Rubén López?
Rubén López: Soy un empresario de 41 años, nacido en Barcelona. Me dedico a desarrollar acciones en diversos sectores como la música, el deporte, la comunicación, el cine o la publicidad. Además, también soy ponente, bróker y escritor.
TL: ¿En qué momento decidiste empezar a trasformar acciones que parecían imposibles, en cotidianas?
RL: Hace tres años creamos Foundation Invencible para tratar de ayudar a personas, ONG, asociaciones y fundaciones con pocos recursos, con la idea de dar mayor visibilidad al trabajo que realizaban y a sus historias. Además, la Foundation Invencible cuenta con acciones propias vinculadas a fomentar la escolarización de África y a luchar contra el Alzheimer, el cáncer infantil, el síndrome de Down, el maltrato animal o los discapacitados. Hace un año y medio pensé en crear nueve retos solidarios. Una especie de “tetris deportivos”, únicos y casi imposibles de realizar, con el objetivo de conseguir notoriedad e impulso económico para otras ONG y asociaciones. Por lo que empecé a llevar a cabo estos retos con la intención de crear una comunicación de CEOS que se involucrasen activamente en la expansión de los mismos.
TL: ¿Cuáles han sido los últimos retos que has realizado?
RL: El primero de ellos lo empecé en junio de 2018. Consistió en permanecer 24 horas en un rodillo, mientras montaba en una bicicleta estática. En total realicé 575 km sin parar. Después, ascendí tres veces, en cinco días, la montaña más alta de África, el Kilimanjaro, que cuenta con 5.895 metros. También corrí 280 km por el desierto de Atacama sin parar, nadé 20 km en el triángulo de las Bermudas y remé 355 km en el río Amazonas. Además de esto, conseguí ascender y descender el Aconcagua desde Mendoza en menos de 36 horas. Realicé una travesía por el Círculo Polar, arrastrando durante 200 km un trineo de 50 kilos. Y acabo de llegar de bucear en apnea con tiburones ballena en libertad, a 30 metros de profundidad.
TL: ¿Cuándo creaste de Foundation Invencible? ¿Por qué?
RL: Salió de manera natural. Tenía la necesidad vital de ayudar de manera activa a la gente. Hay mucho por hacer, mucho por solucionar y todos tenemos la obligación de ser solidarios.
TL: ¿Cuál es la misión de la ‘Foundation Invencible’?
RL: Que la gente entienda que es posible sacar una sonrisa a un niño enfermo. Que solucionar un pequeño problema en el primer mundo, acaba siendo vida en otro continente. Como te decía antes, queremos poner solución al maltrato animal, al maltrato infantil o luchar por la igualdad. Ese es nuestro foco. Intentar arreglar o minimizar lo que nunca debió romperse o estropearse. Con el paso del tiempo, el ser humano se ha vuelto destructivo y egoísta, solo piensa en el aquí y ahora, en lo suyo. Debemos empezar a ser capaces de abrir el paraguas de emociones y mostrar lo que estamos haciendo mal, para poder arreglarlo, porque si normalizamos las miserias y las penas, no avanzaremos. Por estos motivos, pienso que hay que hacer de lo imposible, algo cotidiano, porque todos tenemos dentro un superhéroe con ganas de sacar la capa y volar.
TL: ¿Cuáles son tus próximos retos?
RL: El próximo cierra el ciclo de los nueve retos y será, el último, ese 9, el título del libro que engloba todas las vivencias y los retos que he llevado a acabo. El reto consistirá en ascender sin oxígeno la cara sur del Everest. Se trata de una hazaña muy loca que además tiene el añadido de hacerlo solo en 20 días. Una vez acabado este ciclo de nueve retos, voy a empezar otros nueve, que me llevarán de aventuras desde junio de 2019 a diciembre de 2020. Ya os puedo avanzar que, por ejemplo, uno de ellos será para la Fundación Querer, donde estaré 24 horas nadando en una piscina, con el objetivo de buscar financiación para su colegio y crear una piscina para los alumnos.
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