El fin de año en el hemisferio sur es el comienzo del verano. Y como tengo cierta nostalgia del calor y las playas, nada mejor que empezar 2016 con un artículo dedicado a la empresaria paulista Lucia Milan. La belleza de sus arreglos surge de la manera en que conjuga el colorido de la flores y el contraste de las formas.
Los que hayan asistido a una boda en Brasil, saben que las fiestas son apoteósicas. Y esta también lo fue. Entre las dos familias reunieron a 500 invitados. El lugar fue nada menos que el tradicional club ecuestre Hípica Paulista. Bossanova Festas estuvo a cargo de la organización y fueron ellos quienes eligieron a Lucia para el diseño floral.
Lucia Milan empezó su carrera profesional en el mundo de la publicidad y pasó luego a la industria de la moda. Casada se dio cuenta que ello le quitaba mucho tiempo. Un día su madre, que hacía pequeños eventos y bouquets desde su casa, le pidió que la ayudara a arreglar unos girasoles. Fue entonces cuando se dio cuenta de que lo suyo eran las flores. Le pidió un préstamo a su suegro y con su madre de socia abrieron un tienda de flores. Al año la deuda estaba saldada y el negocio, disparado.
“Desde el principio mi madre me dijo que no me enseñaría a diseñar, que yo tenía que aprender sola. Y así lo hice, observándola a ella y a las floristas profesionales que venían a ayudarnos con los grandes eventos. Ellas eran de la vieja escuela, cuando se usaban muchas ramas de pino y alambre para las estructuras. 13 años después quise ser libre y experimentar con el movimiento natural de flores y el follaje, mezclar materiales y añadir texturas”.
Hace tres años abrió su propio estudio. Hace eventos medianos y grandes como bodas, bar mitzvahs, fiestas de compromiso y comidas en casas particulares. Y también tiene cuentas de residencias con un presupuesto holgado donde libera su creatividad.
En el caso de un matrimonio, el proceso para encontrar los diseños puede demorar de dos meses a un año. Cuando las fiestas son de magnitud, hay decoradores a cargo y trabajan coordinados. Poco tiempo antes de la fecha, se hacen los prototipos de los arreglos para que no haya ninguna sorpresa y se puedan afinar los detalles.
Para esta boda, la novia quiso inspirarse en el estilo boho chic. El altar fue hecho con una delicada cortina de Tsurus, pequeños pájaros de origami, escoltada por ramas de acacia mimosa que simularon árboles. Los arreglos de las mesas fueron realizados en bases rústicas, como macetas de terracota y latón, pero sobre ellos caían racimos de orquídeas, tulipanes, acacias y suculentas. La mesa de los dulces, el punto focal en las bodas en Brasil, tenían multitud de flores que nacían de troncos ahuecados y lámparas de fibras naturales para crear un ambiente dulcemente mágico.
El sello que caracteriza a Lucía es una osada utilización del color y muchas texturas. Tiene un estilo orgánico y romántico, incluso cuando trabaja con material tropical. Su búsqueda de flores y follajes novedosos es constante en el mercado y nada le entretiene más que experimentar con el material orgánico, donde la armonía y el contraste se equilibran para dar encuentro a la belleza y la originalidad.
“Amo la naturaleza y ver cómo cada planta crece en los distintos lugares. Me inspiro en las películas, los viajes y, especialmente, en los momentos simples de la vida. No tengo reglas a la hora de crear, simplemente parto de las indicaciones que el cliente o el decorador me dan. Sin embargo, mi objetivo es siempre rebasar sus expectativas y ser recordada por mi trabajo”.
Admiradora del diseñador californiano Max Gill y marcada por su influencia, trata de utilizar cada vez menos la espuma Oasis (tiene difícil degradación). Coopera en el Proyecto Flor Gentil de la florista Helena Lunardelli, una organización sin fines de lucro que recicla las flores, haciendo bouquets para ancianos en asilos y enfermos en hospitales.
La influencia de su filosofía floral ha calado tan hondo que uno de sus clientes, un conocido consultor de corporaciones, la invitó a formar parte de un proyecto de análisis de marcas, a cambio de poner las flores de su matrimonio. Su objetivo es adaptar la visión de Lucía por una vida más sencilla para generar una experiencia laboral más rica y profunda, alcanzar el éxito y ayudar a las personas. ¡Por supuesto, esto tiene a Lucía fascinada y ocupada!
*Portada: La mesa principal saltaba a la vista por su copón de cristal. En Brazil, los floreros tienen gran importancia. Fotografía Julia Ribeiro.
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