Contar entre tus activos con un avión privado donde poder viajar sin esperas ni interferencias era un lujo, hasta hace poco, propio de grandes empresarios, cantantes, artistas o jefes de estado que en ocasiones lo adquirían como instrumento de trabajo y otras, simplemente como lujo o capricho. Personajes como Donald Trump (Boeing 757), Bill Gates (Bombardier BD 700), Steven Spielberg (Boeing 737), Tom Cruise (Galfstream IV), Shakira (Falcon 50) o Julio Iglesias (BR 710) viajan alrededor del mundo con la facilidad que les permite su saneada cuenta corriente y los flamantes modelos de jets, capaces de llevarles con elegancia y comodidad al lugar que desean del planeta.
Se calcula que en el mundo hay más de 35.000 aviones privados que se han multiplicado sobre todo desde que a principios de la década de los ochenta se hizo famosa la frase de: “Uno no sabe lo rico que es, hasta que no tiene un avión propio”. Y en el deporte, los deportistas de élite, han entrado de lleno en este particular y exclusivo territorio. Primero fueron los americanos como Michael Jordan (Golfstream IV), Floyd Mayweather (Golfstream III) o Tiger Woods (Golfstream G 550). Ahora el fútbol, con estrellas como Messi, Ronaldo, Neymar, Pogba, Bale y sobre todo con sus millonarios contratos han hecho de los jets privados una forma habitual en sus desplazamientos.
Tomamos como ejemplo lo sucedido el pasado 23 de diciembre, cuando se jugó en el estadio Santiago Bernabéu el clásico del fútbol español Real Madrid- FC Barcelona. Nada más concluir el encuentro tres integrantes de la plantilla barcelonista salieron rápidamente hacia el aeropuerto, donde les esperaban sus familias y un largo viaje transoceánico para pasar las fiestas navideñas al otro lado del charlo. Leo Messi había invitado a sus compañeros, Luis Suárez y Javier Mascherano, con sus respectivas familias, a viajar en su flamante avión privado que haría más rápido y cómodo un largo trayecto hasta Rosario (Argentina).
Messi es uno de los privilegiados que goza de un avión propio para viajar, sin esperas, sin escalas, sin interferencias, junto a su mujer Antonella y sus tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro, engrosando así la cada vez más numerosa lista de futbolistas con un alto poder adquisitivo que se pueden permitir este lujo. Messi cuenta con uno de los prototipos más valorados en el segmento más alto de los aviones ejecutivos tipo jet VIP. El Embraer Legacy 650, fabricado por la empresa brasileña Embraer, con sede en Sao José dos Campos (Sao Paulo) tiene un precio estimado de 28 millones de euros y además del futbolista del Barcelona, también lo han adquirido el actor chino Jackie Chan y los presidentes de Ecuador, Panamá y Honduras.
Con una autonomía de 7.000 kilómetros de distancia, que permite viajar desde Madrid a Nueva York o Moscú sin repostar combustible y una capacidad para 14 personas, el Legacy 650 consta de una tripulación de dos o tres personas, piloto, copiloto y azafata (opcional). El avión posee tres partes separadas que permiten gran intimidad; área privada, zona de reuniones, cocina totalmente equipada, lavabo completo, asientos reclinables, divanes convertibles en camas, acabados de primerísima calidad y sistemas de entretenimiento con la más avanzada tecnología: pantallas de 32 pulgadas, sistema de vídeo Full HD, reproductores de Blu-Ray y conectividad a Internet y telefonía. Un avión especial que ha recibido el premio “Best of the Best” tanto por su comodidad como por su operatividad, además de estar considerado en la categoría platino de este tipo de aviones. El Legacy 650 alcanza una velocidad de crucero de 850 kilómetros por hora y sus 16.000 kilos de peso son capaces de volar a 12.500 metros de altitud.
Estamos ante un boom de la aviación privada. Un mercado exclusivo que cuenta con los más altos estándares del lujo y confort y que incluso ha llegado a establecer clasificaciones sobre quién tiene el jet privado más lujoso del mundo. Una gama amplia y variada de modelos en los que nos podemos encontrar desde un chef privado, vestidor, varios baños… hasta médicos y enfermeras. El más caro con notable diferencia (500 millones de euros) el el Boeing 747, con comedor para 14 personas, oficinas, sala de reuniones, dos suites con bañera incluida, ocho camas y hasta ascensor para descender del avión.
Entre los futbolistas, además de Leo Messi, son muchos los que presumen en redes sociales de su peculiar capricho. Cristiano Ronaldo alardea de su Golfstream G 650, similar al de Antonio Banderas, totalmente personalizado con las iniciales y fotos del jugador por todo el avión. Un jet con capacidad para 10 personas, que Ronaldo alquila, cuando no lo utiliza, por 6.000 euros la hora. Neymar (Legacy 450), Pogba (Golfstream G 280), Bale (Cessna Citration XL) y Beckham (Bombardier 70) son otros de los jugadores de fútbol que tienen su manera personal y peculiar de viajar.
Ahorrar tiempo, evitar colas, intimidad, eludir escalas, viajar en el momento que lo desees, comodidad o simplemente un capricho más, ponen en valor el uso para aquellos que se lo puedan permitir. Una moda de los cracks del fútbol mundial que supone una alternativa que sigue creciendo de forma imparable en los últimos años.
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