Mi amo dice que desde que escribo en The Luxonomist me estoy convirtiendo en una sibarita de mucho cuidado, que mis gustos se están refinando cosa mala y que ya no me conformo con las simplicidades de antaño. Que si hoteles de lujo canino, que si establecimientos de tropecientas estrellas y hasta islas privadas… En fin, todo muy fashion, como no podía ser de otra manera: me debo a mis lectores. Y mi esfuerzo me cuesta. Como se decía en aquella conversación mítica de “El Diablo Viste de Prada”:
– La moda no se basa en la utilidad. Un accesorio es una pieza de iconografía que expresa una identidad individual.
– Y es bonito.
– Eso también.
El caso es que he estado pensando en buscar mi propio espacio vital, esto es, tener mi propia residencia adyacente a la de mis amos, y claro, cualquier choza ya no me vale. Quiero algo estiloso, amplio, bien equipado, de calidad y que, de paso, despierte la envidia entre los vecinos caninos de mi barrio, que tienen todos el pavo muy subido con eso del pedigree y tal. Eso sí, sin llegar a extravagancias tales como la mansión de la foto, ubicada en Gloucestershire (Reino Unido) y diseñada por el estudio de arquitectura británico de Andy Ramus.
Por el módico precio de 417.000 dólares, los dos grandes daneses que la habitan disponen de sendas camas climatizadas, equipo de música valorado en 250.000 dólares, pantalla de plasma de 52 pulgadas, dispensadores automáticos de comida y agua fresca filtrada, cámaras de vigilancia, acceso mediante escáner de retina y spa con tratamiento salino. Oh yeah, como diría mi amo (“requeteguau” en perruno).
Pero no es necesario gastar esa enormidad para tener una residencia de lo más elegante. Por 7.200 dólares pueden comprarle a su mascota la señorial Alabama Dog House, con un inefable aire sureño que encandila. Si por el contrario prefieren las reminiscencias de la campiña suiza, nada mejor que la Petite Maison Cutom Dog House, al precio de 5.500 dólares. Por esa misma cantidad pueden también escoger un estilo más de vanguardia como el de la caseta Cubix. ¿A qué mola? Hay mansiones (y viviendas) para perros para todos los gustos (y precios).
Algún lector se preguntará cómo es la vida de los habitantes de estas bonitas viviendas. Para que se hagan una idea, les dejo con este vídeo sobre los residentes perrunos de la mansión de Paris Hilton. ¿Os apuntáis a ello, queridos congéneres? ¡Guaaaaaauuuuuu!
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