Hablar de Rolls-Royce es hablar de una de las marcas de coches más exclusivas del mundo. Una manufactura que ahora quiere tener más espacio para seguir fabricando vehículos únicos y que invertirá 365 millones de euros en la ampliación y adaptación de su planta de Goodwood (Reino Unido) a la producción de automóviles a medida.
La expansión de la planta de Goodwood busca atender a la demanda creciente de los clientes por los servicios Bespoke y del programa Coachbuild. Un servicio al que se accede solo por invitación, donde los clientes de alto patrimonio pueden “fabricar un automóvil completamente original“.
De hecho, los recargos recibidos a lo largo de 2024 han incluido detalles de lo más exclusivos. Por ejemplo esculturas de oro macizo de 18 quilates; bordados que comprenden más de 869.500 puntadas; o delicada marquetería compuesta por más de 500 piezas de madera moldeadas individualmente. Además de cautivadoras obras de arte de nácar o acabados de pintura.
Esta inversión es la mayor desde que la planta abrió en 2003, cuando empleaba a 300 personas y fabricaba un automóvil al día, según la empresa. Ahora da trabajo a 2.500 personas y produce 28 vehículos a diario.
Para hacernos una idea de la exclusividad de la que presumen estos coches solo hay que echar un vistazo al Phantom Dragon. Es uno de los encargos que ha recibido la marca por parte de uno de sus clientes en China.
El tema del diseño está inspirado en una antigua leyenda que se remonta más de 3000 años atrás. Esta habla de dos dragones, protectores del reino humano, a quienes los dioses les regalaron una perla divina por sus buenas acciones.
En lugar de reclamar el tesoro con avaricia, los dragones se lo cedieron el uno al otro, una escena que simboliza la bondad y la generosidad de espíritu. Conmovidos por la lealtad de los dragones, los dioses les otorgaron una segunda perla que las criaturas absorbieron antes de ascender como deidades.
Esta leyenda se representa en el salpicadero del coche, que alberga una pieza de marquetería con 297 piezas individuales y cuatro especies de madera diferentes. Un artesano de la casa de Rolls-Royce pasó tres meses creándola, cortando cada uno de los trozos para luego ensamblarlos y fijarlos a mano.
Así, la obra de arte representa a los dos dragones encerrados dentro de nubes arremolinadas. Ambos protegen la perla, que está representada por el propio reloj del vehículo.
Además, destaca el impresionante revestimiento del techo Starlight a medida. Éste representa los dos dragones, en rojo y blanco, gracias a 768 luces de fibra óptica rojas y 576 blancas. Cada una de ellas está colocada a mano individualmente y rodeada de 24 “estrellas” fugaces.
Por su parte, el exterior tiene un acabado en Iced Diamond Black que crea una apariencia satinada brillante y que contrasta con el dramatismo del conjunto interior.
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