Si hay un dispositivo al que cualquier fan de Apple le tenga especial cariño, ese es el Mac, que esta semana celebró su 40 aniversario. El ordenador que hoy vemos en cada esquina con su particular manzana mordida no es más que un sueño cumplido de aquel Steve Jobs que un día empezó una empresa de ordenadores en un garaje de California.
Si echamos la vista atrás, solo hace cuatro décadas que Apple reinventó la informática personal. Al tiempo que los ordenadores eran grandes y caros armatostes muy difíciles de utilizar a través de comandos, el entonces equipo de Apple pensó en hacer justo lo contrario: crear el Macintosh, el primer ordenador con ratón. Fácil de utilizar y de bajo coste. El éxito estaba asegurado.
En su idea, el Macintosh original no luce muy diferente a lo que hoy conocemos como iMac. Un todo en uno que para entonces fue toda una revolución. Con iconos y dibujos, en vez de interminables líneas de texto; y con un ratón con cursor para moverse y seleccionar cosas en la pantalla.
Tenía dos programas instalados: MacWrite, para escribir textos; y MacPaint, para dibujar. Nadie en la competencia había hecho nunca algo similar. Por eso el entusiasmo de los compradores y una gran campaña de publicidad lo llevaron a lo más alto en poco tiempo. El resto es historia.
En 2020, Apple empezó uno de los proyectos más ambiciosos de la historia del Mac. Quiso dejar atrás los procesadores de Intel y empezar a crear sus propios chips a medida. Un enorme reto para la propia firma y los desarrolladores que, sin embargo, ha supuesto un gran paso adelante para los usuarios.
Y es que quienes compren un Mac con chip de Apple disfrutarán de más potencia, más silencio, mejor duración de la batería y una genial integración con el resto del ecosistema.
A quienes utilizamos varios productos de Apple siembre nos habréis escuchado hablar de integración. El auténtico secreto del Mac, eso que hace que una vez lo pruebas no puedas volver a un PC con Windows. Desde sincronizar las cosas más básicas como el calendario, contactos, notas o archivos; hasta funciones muy avanzadas que hacen el día a día más fácil. Por poner algún ejemplo que deberías probar:
Los nuevos procesadores han permitido que los portátiles como el MacBook Air sean más delgados y ligeros que nunca, al mismo tiempo que la duración de la batería sea una barbaridad. O que los ordenadores de sobremesa como el Mac mini o el Mac Studio puedan asumir grandes flujos de trabajo creativo, como programar, maquetar o editar películas 4K sin ningún estrés. Hoy os escribo estas líneas desde un austero Mac mini con M1, con decenas de pantallas abiertas a la vez. Mi mejor compra en años.
El Mac está hecho para durar, así que no es sorpresa que mucha gente tenga ordenadores de Apple con muchos años a sus espaldas. De hecho, una de mis mejores amigas tiene un MacBook Pro de hace 12 años, y sigue funcionando como el primer día. Lo utiliza para maquetar libros en InDesign. Sin embargo, el tiempo pasa y todo evoluciona: así que he conseguido convencerla de cambiarlo por uno nuevo y disfrutar del enorme salto adelante que suponen los chips de Apple.
Esta imagen conmemorativa hace honor a grandes momentos de su historia como el lanzamiento de OS X, el primer iMac de colores o el lenguaje de programación Swift. Nunca ha habido mejor momento para cambiar de Mac o para probarlo por primera vez que ahora. Os lo prometo.
Feliz 40 aniversario y… ¡larga vida al Mac!
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