Los tres coches más míticos de la historia
Icónicos vehículos que forman parte de nuestras vidas han sido exhibidos en París. Una exposición que nos hace viajar en el tiempo y sumergirnos en recuerdos.
El Palacio de Exposiciones de la Puerta de Versalles en París, el parque de exposiciones más grande de Europa, ha sido punto de encuentro de un hermoso viaje a través de la historia, un paseo por los coches que han marcado tendencia en la industria automotriz a lo largo de los años. Rétromobile 2018 ha reunido a 500 expositores para presentar más de 600 automóviles, en un evento único en su género, con modelos exclusivos transformados en objetos de culto y que reúne cada año a fabricantes, diseñadores, comerciales, coleccionistas y entusiastas que aprecian los coches como auténticas obras de arte.
Un salón que se ha convertido, en los 43 años que lleva celebrándose, en la cita más esperada para los amantes de vehículos excepcionales, que llegan a superar en precio a muchos de los grandes deportivos que podemos ver hoy en día por nuestras carreteras. Auténticas joyas sobre ruedas que, algunos, también ven como una formidable oportunidad de negocio, aprovechando el tremendo tirón de estos símbolos del pasado que fascinan en nuestros días. En esta edición, celebrada entre el 7 y el 11 de febrero y a la que asistieron más de 120.000 personas, tres han sido los modelos estrella entre una amalgama espectacular de coches vintage en perfecto estado de conservación.
La marca Renault, que celebra sus 120 años de vida, entre un muestrario de 20 modelos diferentes, puso de relieve la importancia del Renault 5, un prototipo que llegó a vender casi 6 millones de unidades entre 1972 y 1992. El popular R5 fue creado por el diseñador Michel Boué dentro de una tendencia de moda de vehículos pequeños y sencillos que a España llegó en 1974 a través de la factoría en Valladolid. Un clásico que marcó una época en los años 80 y que constituye uno de los mayores éxitos comerciales de la firma francesa que logró que durante diez años (1974-1984) fuera el coche más vendido en Francia.
Otro de los automóviles antiguos estrella en la exposición ha sido el Peugeot 504 al cumplirse 50 años desde que salió al mercado, convirtiéndose en el primer modelo de la marca del león que fue elegido Coche del año en Europa. Un total de 3.689.000 unidades se llegaron a vender en todo el mundo al final de su producción en un prototipo que inauguró la serie 500 en Peugeot y que destacó en su día por sus innovaciones tecnológicas, con frenos de disco en las cuatro ruedas y suspensión trasera independiente.
El Peugeot 504, que en España fue ensamblado en la factoría de Vigo, resultó un adelantado a su época, con tapicería de cuero, dirección asistida, elevalunas eléctricos, aire acondicionado y hasta radio casette incorporado. En sus inicios fue considerado un automóvil de gran lujo, resultando el primer vehículo de la marca que incluyó faros en forma trapezoidal a los que su diseñador definió como “los ojos de Sophia Loren”.
Pero sin lugar a dudas la estrella de la exposición y el vehículo vintage que a todos nos hará mirar atrás con nostalgia es el emblemático “Dos caballos” de Citroën. Al cumplirse 70 años de su creación, la firma ha querido rendir homenaje al más popular de sus modelos del que llegó a fabricar más de 6 millones de unidades y que se convirtió en un auténtico fenómeno social que ha hecho historia en el mundo de la automoción. Feo pero resultón, de bajo coste, dotado de escasos medios y destinado fundamentalmente para desplazarse en el medio rural, pero que llegó a convertirse en el automóvil preferido de los jóvenes al ser el coche que servía para todo.
El “Dos caballos” se arrancaba con una manivela que se hacía girar en el frontal y resultaba tan fácil de conducir como barato de mantener; uno de esos coches capaz de resistir al paso del tiempo para ser entendido como un modelo universal. Un clásico entre los clásicos que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, que fue rebautizado como “la cabrilla” y que supuso el automóvil más revolucionario de la historia.
Los hermosos viejos están de moda, vehículos exclusivos convertidos en bienes coleccionables, de piezas únicas y limitadas, que forman parte de la agenda de ricos coleccionistas, bien como pasión o como inversión y que permiten viajar en el tiempo mientras nos sumergen en los recuerdos.