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6 cosas que hacer en Mauricio para exprimir al máximo la isla

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Cuando cruzas medio mundo para visitar un destino, esperas de él que no te deje indiferente. Naturaleza, descanso, cultura y gastronomía son los cuatro requerimientos más comunes de casi cualquier tipo de viajero que, sin lugar a dudas, ofrece Mauricio.

La isla africana es un lugar idílico para amantes de la naturaleza, un destino interesante para quienes saben de historia y por supuesto un enclave perfecto para relajarse y disfrutar del mar. Seas como seas, aquí puedes ver una completa guía de actividades y atractivos para no perderte nada cuando vayas hasta allí.

Playas de postal

Playa Le Morne. Foto: Turismo de Mauricio

Los paisajes de las fotos existen. Las playas paradisíacas de arena fina, aguas transparentes y flanqueadas por palmeras rodean todo el litoral de Mauricio. Las más bonitas, por su atardecer, son las de la costa oeste como la de Tamarin o la de Flic en Flac, con partes privadas de los resorts Sugar Beach y La Pirogue.

Con larguísimos arenales y aguas calmadas protegidas por la barrera de coral, son perfectas para el baño, el snorkel o actividades acuáticas tranquilas como el paddle surf.

Foto Unsplash @xaviercoiffic

Al este son famosas las playas de Palmar, Belle Mare, Blue Bay y las privadas de hoteles como Long Beach.

Son más ventosas pero igualmente bellas y perfectas para disfrutar del sol tranquilamente o hacer deportes acuáticos que requieran viento.

Excursión a las pequeñas islas de Mauricio

La coqueta Isla de los Ciervos es un paraíso para descansar. Foto: Sunlife

Mauricio es una gran isla pero tiene otras dos más pequeñas que también se pueden visitar. Ambas están en la costa este y su atractivo es bien distinto.

Una es la Isla de los Ciervos, un pequeño paraíso al que se accede en barco o en helicóptero y famoso por su campo de golf y sus playas paradisíacas.

La otra es la Isla de Aigrettes, el destino ideal para ver especies endémicas como las tortugas y disfrutar de la riqueza natural de la isla.

La capital, Port Louis

Rincones de Port Louis. Fotos: Elisa Ventoso

Es una visita obligada en cualquier rincón del planeta visitar su principal núcleo urbano. Y Mauricio no iba a ser menos. Port Louis, situada en el extremo noroeste de la isla, es un crisol de culturas donde, al igual que en el resto del país, conviven hinduistas (48%), cristianos (32%) e islámicos (18%).

Algunos de sus lugares más pintorescos y especiales son la mezquita Jummah Masjid del siglo XIX, los Jardines de la Compañía, la Ciudadela o el agitadísimo y colorido Mercado Central.

Mezquita Jummah Masjid de 1850. Foto: Elisa Ventoso

También merece un paseo tranquilo el barrio chino, plagado de puestitos de comida callejera y tiendas locales. Entre ellas se esconde Venpin street, la calle más instagrameable de la zona, con grafitis y murales de lo más original.

Los más exquisitos y amantes de las compras «al uso» encontrarán su lugar en el centro comercial Caudan Waterfront muy cerca del puerto. Allí está también el Blue Penny Museum, donde se custodia el famoso y carísimo sello inglés.

Templos, huellas religiosas de la isla

Templo Kailassam en Port Louis. Foto: Elisa Ventoso

Los templos hinduistas se salpican por todo Mauricio y son llamativos por su colorido y sus imágenes. Uno de ellos es el Grand Bassin dedicado a Shiva, con una pequeña capilla junto al lago Ganga Talao.

Un lugar de peregrinación de fieles que depositan sus ofrendas a los dioses y completan sus rituales cualquier día del año. Justo enfrente llaman la atención las gigantes esculturas, de más de 20 metros de altura, dedicadas a la diosa Durga.

Y en las afueras de Port Louis se encuentra el precioso y colorido templo Kailassam, también dedicado a Shiva. Un remanso de paz a solo un paso de la ajetreada ciudad.

Aventura y naturaleza

Actividades actuáticas y un fondo marino único y diverso. Foto: Turismo de Mauricio

Por supuesto, Mauricio destaca por su espectacular litoral y por lo tanto, por la posibilidad de realizar en él todo tipo de deportes y actividades acuáticas que van desde el snorkel al buceo pasando por el avistamiento de ballenas.

Sin embargo, también llama la atención su exuberante naturaleza, que tiene su máxima expresión en el centro y sur de la isla. Allí se concentran los espacios más llamativos para amantes del trekking, con senderos, cascadas y miradores como el impresionante Pieter Both, apto solo para los más intrépidos.

Pieter Both. Foto: Turismo de Mauricio

Sin embargo, la isla cuenta con otros lugares de gran belleza como el parque nacional Gargantas del Río Negro, el Valle de los Siete Colores o la zona de Chamarel. 

Los más inquietos pueden hacerse una idea de esta vastísima diversidad natural en el parque de aventura Valle de los Colores. 

Valle de los siete colores. Foto: Turismo de Mauricio

Allí se puede dar un paseo en quad, sobrevolar en tirolina los bosques del lugar, admirar las formaciones rocosas de distintas tonalidades o contemplar a los ciervos en libertad.

Lástima que el dodo, emblema de la isla, se extinguiera en el siglo XVII. Si no, con seguridad camparía a sus anchas por alguno de estos lugares.

Mauricio, un país para comérselo

Mercado de Central Flacq. Foto: Elisa Ventoso

Se dice que somos lo que comemos y para descubrir un lugar como Mauricio es casi imprescindible visitar alguno de sus mercados. Bulliciosos, coloridos y efervescentes, son sitios que hablan mucho de la cultura, la economía y la gastronomía de sus habitantes.

Los mauricianos viven principalmente del turismo, pero también son productores de hasta siete tipos de caña de azúcar. De ahí que, entre otras cosas, elaboren su propio ron. También es fácil encontrar casi en cualquier lugar vainilla de Madagascar y por supuesto, especias picantes. 

Puesto callejero en el Mercado Central de Port Louis. Foto: Elisa Ventoso

Además de los puestos de frutas y verduras, los mercados también esconden laberínticas calles plagadas de puestos de ropa, telas al peso, recuerdos para turistas y artículos de mimbre.

Merece la pena explorar las ciudades grandes como Port Louis y comer en los puestos callejeros que tengan grandes colas de lugareños.

Foto: Turismo de Mauricio

Con todo, Mauricio es una isla pequeña pero sin duda muy completa, con actividades y atractivos suficientes para satisfacer la curiosidad de viajeros de todo tipo. Un lugar para visitar y al que volver… para exprimirlo de nuevo.

Elisa Ventoso

Periodista. Riojana en Madrid. Apasionada de los viajes, mi gente y la naturaleza. Editora de The Luxonomist.

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