El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife cerró con broche de oro una edición singular con numerosas actuaciones y actividades multitudinarias para todas las edades. Numerosas curiosidades que se esconden tras una reconocida festividad declarada de Interés Turístico Internacional.
El pistoletazo de salida de este peculiar Carnaval es la elección de la reina; Priscila Medina fue este año coronada entre las diecinueve candidatas presentes. Ella misma nos contó lo importante que es este premio para ella y todo su equipo, que han trabajado durante un año en ‘La Nuit’, un traje de fantasía inspirado en los cabarets parisinos de los años 20, por el diseñador de alta costura, Sedomir Rodríguez (en representación de Autoinsuar Citröen). Todo un derroche de plumas, lentejuelas y cristales con mezclan de colores rosa nude, blanco y dorados. Como llamativo, descubrimos que, en la actualidad, sus tallas están pautadas en la base del concurso y el traje no puede exceder los cuatro metros de alto.
‘Las profundidades marinas’ fue el tema central de este año en el Carnaval de Tenerife. Por todo ello a lo largo de estas semanas hemos visto numerosos disfraces de medusas, peces y sirenas, entre otros. Aunque, a decir verdad, esta temática no logró capturar la atracción del público, que optó por vestidos originales y graciosos disfraces, en su mayoría conjuntados entre amigos, familiares y parejas. Todos ellos dieron rienda suelta a la imaginación que, hasta su fin el 10 de marzo, vistieron y adornaron durante esas fechas las calles, acompañados de música y buena energía.
El Carnaval se refleja en todos los sectores de la isla, ya que atrae a numerosos turistas. El año pasado alcanzó cifras récord (según datos del Ayuntamiento), logrando obtener 152.000 cruceristas, un impacto económico por encima de los siete millones de euros y un incremento del 15 % con respeto al 2017.
Desde 1925 el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife se encarga de la organización. Suspendidas entre la Guerra Civil y el final de la dictadura, el Carnaval se retomó gracias al apoyo popular bajo el seudónimo de ‘Fiestas de Invierno’ hasta la vuelta de la democracia. El protagonismo de su colorido generó tanto interés con el paso de los años que incluso la banda de rock irlandesa U2, allá por 1991, eligieron el Carnaval de Tenerife para ilustrar buena parte de su álbum ‘Achtung Baby’. Aunque fue unos años antes, en 1987, cuando esta fiesta tuvo su máximo apogeo al entrar en el libro Guiness, congregando a más de 250.000 personas con las actuaciones de Celia Cruz y otros artistas.
A pesar de llegar a su fin y que la isla se encuentra en uno de sus mayores resacas, los chicharreros ya están manos a la obra para preparar las comparsas, temáticas, personajes, diseños, murgas y reinas del próximo año. ¡Solo nos toca esperar para sorprendernos nuevamente! Si tienes pensado visitar la isla próximamente, ‘La Casa del Carnaval’ es una visita obligada para descubrir el ambiente que se vive durante esos días, ver algunos de los trajes alegóricos de las reinas y hacerse una idea de la importancia que refleja en su cultura.
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