Bajo el Banyan Tree descansaban los intrépidos viajantes del lejano Oriente y Oceanía. Sus gigantescas dimensiones y la frondosidad de raíces y hojas siempreverdes, lo convertían en acogedora morada para el peregrino. Sagrado en la India y símbolo del descanso, es el nombre perfecto para uno de los resorts más exclusivos del mundo.
En los últimos tiempos he tenido ocasión de alojarme en dos de los resorts más anhelados de Banyan Tree, Maldivas y Seychelles. Sobre Banyan Tree Vabbinfaru en Maldivas ya os he hablado en El rincón de Carla. Un círculo de arena, mar y coral donde olvidar para renacer se convierte en prioridad.
Hoy nos centramos en Banyan Tree Seychelles, sin olvidar que la filosofía del grupo está presente en todos y cada uno de los resorts que tienen por el mundo. Una filosofía que cala hondo en el huésped desde el primer segundo en el que se cruza el umbral del árbol sagrado. ¿Quién dijo hotel? Si alguien lo hizo erró en el disparo. En mi experiencia en el Banyan Tree he comprendido que el concepto ‘hotel’ queda obsoleto en cualquiera de los resorts que la cadena tiene por el mundo.
La recepción prácticamente no existe. Discretas mesas en las amplias entradas principales con un servicio personalizado desde el momento de la llegada, check in acompañado de algún tipo de infusión o refresco local, mientras esperamos cómodamente sentados a que la burocracia sea finiquitada por un eficiente recepcionista.
Las habitaciones se sustituyen por villas privadas con piscinas y jardines. Y todo el ambiente está pensado para que el huésped se sienta como en su propia casa en cuanto a tranquilidad y discreción. Los detalles elevan el lujo a la cumbre del placer. Naturaleza, sostenibilidad, cultura y exquisitez como epicentro del santuario.
Banyan Tree Hotels & Resorts se ha convertido en uno de los principales operadores internacionales de la industria de la hospitalidad y del spa. Gestionan más de 40 centros turísticos y hoteles, 60 balnearios, 70 galerías comerciales y tres magníficos campos de golf. Tienen presencia en 28 países, siendo Marruecos y Malasia los últimos en entrar en la lista exclusiva de propuestas Banyan Tree. España será el siguiente.
Banyan Tree Seychelles se encuentra situado en el espacio que una vez fue propiedad del actor Peter Sellers y del miembro de los Beatles, George Harrison. Grandes amigos en la década de los 70 encontraron en este lugar ese estilo de vida que anhelaban, lejos de las discográficas y los estudios cinematográficos. Lejos del mundanal ruido, del ajetreo promocional, de las fiestas lujosas y del esplendor hollywoodiense. 175 hectáreas de naturaleza donde escapar sin posibilidad de ser encontrado. El complejo mantiene ese espíritu de autenticidad local.
En un santuario para los sentidos el spa es pieza fundamental. Todos los Banyan Tree prestan especial atención a estos espacios que simbolizan la esencia del bienestar físico y emocional. El primer Resort Banyan Tree que se abrió en 1994, Phuket, fue pionero en terapias asiáticas para cuidar cuerpo y mente entre jardines tropicales.
El spa de Seychelles recrea esta prioridad hasta su máxima expresión. Calidez, personalización en los tratamientos, humanidad y pequeños grandes detalles. Mi tratamiento, en concreto, terminó con una infusión mientras mi retina se perdía en el sol poniente.
La gastronomía es, y valga la redundancia, otro de los platos fuertes de la cadena singapureña. En cada uno de sus emplazamientos cuidan de ofrecer las variedades culinarias de la zona. Clave de sostenibilidad, de conciencia social pero también de ofrecer al huésped una visión completa de la cultura local.
Exquisitas presentaciones, recetas únicas, amplias cartas de vinos y propuestas que a veces mezclan diferentes tipos de cocina asiática. En Seychelles ofrecen un restaurante criollo para sorprender al paladar con fusiones de sabor y aromas criollos, mientras compartimos fabulosas vistas al Océano y a la Bahía de Intendance.
Para completar la oferta gastro, el restaurante Saffron ofrece la siempre atractiva gastronomía thai. Reconocidos premios avalan la carta de este exclusivo restaurante, donde comer con los ojos será obligado, por su ubicación entre lagos y jardines tropicales.
Si la naturaleza ofrecía descanso y alivio para aquellos caminantes, hoy Banyan Tree se enorgullece de respetar al máximo el medio ambiente y la sostenibilidad en todos sus resorts. Tienen organizado todo un programa, Stay for Good, bajo cuyo paraguas se encuentra Green Imperative Fund, una fundación medioambiental para preservar corales, flora y fauna autóctona y ofrecer calidad de vida a los locales. Lo tienen claro, la sostenibilidad no es exclusiva del medio ambiente, sino que afecta de forma muy directa a las comunidades cercanas.
Banyan Tree por todo el mundo mantiene firme su filosofía original, contagiando al huésped este espíritu responsable y deseoso de crear una sociedad mejor para todos. Todo aquel que se aloja en un Banyan Tree se convierte en partícipe del Stay for Good. Green Imperative Fund destina la cuantía que los huéspedes gastan durante su estancia a iniciativas sociales y medioambientales ajenos a la empresa.
Desde su creación en 2001 ya ha repartido más de 4 millones de dólares. Pero como la naturaleza nos da, nosotros también debemos corresponder. Por eso, cada 2 y 8 de junio, todos los resorts de Banyan Tree plantan dos árboles por huésped. Con este espíritu aglutinador de valores esenciales como el medio ambiente, la privacidad o la cultura local, Banyan Tree Hotels & Resorts reconforta a su huésped en cuerpo y alma.
Banyan Tree Seychelles Banyan Tree Maldivas
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