Centroamérica, un destino para descubrir a través de sus volcanes

El Arco Volcánico Centroamericano es una región que acumula más de cien volcanes y una geología más propia de otro planeta.

Yolanda Lorenzo. 01/09/2023
(Foto: Unsplash)

Más allá de la conocida Islandia, existe otra región del mundo que los aficionados al llamado turismo de volcanes tienen una parada inexcusable, Centroamérica. Más de cien volcanes, muchos de ellos activos, que recorren el istmo y harán al viajero sentirse en otro planeta, dada a espectacularidad de sus paisajes.

Los 1.500 kilómetros que componen el Arco Volcánico Centroamericano se extienden a lo largo de la costa del Pacífico desde Guatemala, al norte, pasando por El Salvador, Honduras y Nicaragua, hasta la región fronteriza de Costa Rica y Panamá, al sur.

Etna Sicilia
(Foto: Unsplash)

Los volcanes proporcionan una enorme oportunidad para el turismo de aventura

De hecho, forman parte del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico e incluye cientos de formaciones volcánicas de lava y ceniza, además de conos, fumarolas, calderas y lagunas en los cráteres. Permiten, además de disfrutarlos, adentrarse en la aventura extrema con actividades como la escalada o el ‘volcano boarding’ (‘surfear’ por las laderas del volcán sobre una tabla), que tiene en Nicaragua y Guatemala dos de los escasos lugares del mundo donde practicarlo.

Esta ruta volcánica se inicia en Guatemala, donde se sitúa el Tajamulco, con sus 4.225 metros de altura. Es el más alto y se puede ascender a su cima mediante senderismo desde el campamento base para cruzar el llamado techo de nubes.

Los más osados pueden realizar un descenso en trineo por las laderas

Otros volcanes son el Fuego, el Acatenango y el Agua, el Atitlán, el Santa María y el Pacaya, que se ha hecho muy popular porque permanece activo a un nivel muy bajo y es ideal para caminar por uno de sus lados y justo al lado de los ríos de lava.

Por su parte, Nicaragua cuenta con 58 volcanes, con una orografía lunar rodeada de una selva. Allí es imprescindible conocer el Cerro Negro, ya que es el más joven, con origen en 1850, aunque solo cuenta con 450 metros de altitud, por lo que los más osados pueden realizar un descenso en trineo por las laderas del volcán.

El Parque Nacional de los Volcanes es otro punto clave de la ruta, un área natural protegida en El Salvador que abarca tres de los catorce volcanes geológicamente jóvenes de la Cordillera Apaneca-Ilamatepec: el volcán de Santa Ana, que posee uno de los cráteres más grandes del mundo; Izalco, conocido como ‘El Faro del Pacífico’, ya que servía de guía para los marineros; y Cerro Verde.

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