Si todavía no te has ido de vacaciones o aún tienes unos días de descanso, te mereces estrenar septiembre con una escapada única. Una estancia especial en la que tanto el destino como el hotel hagan que te evadas profundamente al tiempo que disfrutas de lo que más te gusta. Ya seas amante del mar o de la montaña, te muevas por la gastronomía o la historia de un lugar, hoy vamos a proponerte cinco paradores especiales. Seguro que entre ellos está el tuyo.
Galicia es un destino espectacular. Tanto para disfrutar del mar como para deleitarse con lo mejor de la gastronomía que traen las aguas frías y bravas del Atlántico. Así que si estas dos premisas están entre tus favoritas, el Parador de Baiona es para ti.
Está ubicado en las rías Baixas, concretamente en la península de Monterreal, protegido por una preciosa bahía y con las islas Cíes de fondo. Un paraje con un encanto único en el que la esencia gallega invade cada rincón. Desde el verde de su jardín hasta el rumor del mar que se escucha desde sus estancias de corte señorial, pasando por la sobria construcción de piedra de su imponente fortaleza.
Todo aliñado, además, por una oferta gastronómica autóctona de primer nivel y kilómetro cero para saborear la zona de principio a fin. Pescados, mariscos, ternera gallega con IGP o platos tradicionalmente gallegos como el pulpo a feira o la empanada hacen que este hotel esté entre los paradores más especiales de la cadena.
Y si eres un viajero enamorado de Galicia y la tradición e historia de la Comunidad es tu debilidad, hay un alojamiento único que sin duda querrás visitar. Se trata del Hostal dos Reis Católicos, uno de los paradores más especiales que existen tanto por su historia como por su excepcional situación, en plena Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela.
El edificio es un sueño hecho realidad para los amantes del arte, ya que está considerado el hotel más antiguo del mundo. Nació como Hospital Real en 1499 para albergar a los caminantes que se dirigían en peregrinación a Santiago y desde entonces se ha convertido en un ‘Hotel Museo‘ tan exclusivo como especial.
Emblema de peregrinos y de la capital gallega, su interior es un auténtico viaje en el tiempo. Sus cuatro claustros, sus largos pasillos de piedra, el mobiliario robusto y clásico de sus estancias, las camas con dosel de sus habitaciones o el lujoso comedor son la recompensa perfecta para quienes quieran conocer, sin perderse ni uno, todos los secretos de Santiago.
Si hablamos de edificios únicos y de ciudades con historia, tenemos que incluir en esta selección de paradores especiales el Parador de Mérida. Se ubica en un convento del siglo XVIII que fue construido sobre los restos de un templo dedicado a la Concordia de Augusto.
Al igual que en el resto de la ciudad, las antigüedades son una máxima en el hotel. De hecho, su claustro alberga un renovado Jardín de Antigüedades con elementos mudéjares, romanos y visigóticos de importante valor histórico. Se pueden contemplar mientras se degustan, en la terraza del restaurante, los mejores manjares extremeños.”.
El de Carmona también es uno de los paradores más especiales de la red hotelera. A apenas media hora en coche desde Sevilla, este hotel erigido sobre un alcázar árabe del siglo XIV es un remanso de paz en plena naturaleza. Con vistas a la campiña andaluza y una piscina ideal para huir del calor veraniego, el parador tiene también un patio interior con salas de estar donde dejar pasar el tiempo puede ser la mejor opción.
Uno de sus puntos fuertes es su restaurante, el antiguo refectorio del alcázar. Allí es posible degustar lo mejor de la comida tradicional sevillana mientras la vista se pierde en el horizonte del campo andaluz.
El Parador de Alcalá de Henares se convirtió hace unos años en el buque insignia de la red hotelera. Tras su reforma integral, este hotel situado a una media hora de Madrid en coche, es todo un emblema de lo que representan los más de 90 hoteles de la cadena. Una combinación perfecta entre lujo, tradición y modernidad que puede seducir a cualquier tipo de viajero.
Ubicado en un antiguo colegio-convento del siglo XVII, el parador cuenta con todas las comodidades para dejarse querer y disfrutar al 100% de un establecimiento hotelero. Además de la piscina exterior, fundamental en los meses de calor, el spa es otro de sus atractivos por su especial ubicación, bajo las bóvedas de la iglesia del antiguo convento.
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