Finca de los Arandinos, un hotel-bodega que vive en armonía con el paisaje

Este proyecto enoturístico en La Rioja fusiona el vino, la naturaleza y el diseño. Es bodega, hotel, restaurante y spa.

Isabel Chuecos-Ruiz. 08/05/2023
(Foto: Finca de los Arandinos)

Finca de los Arandinos a las afueras de la localidad de Entrena, y a unos 14 kilómetros de Logroño, es un lugar donde desconectar entre viñedos y silencio. Redescubrir La Rioja es posible, y para ello os hablamos de un concepto con un valor de mayor escala, y es la complejidad de un proyecto que une dos ideas. A medio camino entre hotel y bodega, un acertado vínculo en un paisaje que oscila entre la belleza de la naturaleza (siempre inagotable) y las historias que transitan en el hotel, con sus crónicas y sus pinceladas del día a día. La propuesta, conquistar a pie este paraje en una acogedora tierra con nombre de vino.

(Foto: Finca de los Arandinos)
(Foto: Finca de los Arandinos)

Finca de los Arandinos se inauguró en 2007

Roberto Guillén compró la finca un día que vio cómo el antiguo propietario estaba arrancando algunas cepas viejas. Él en aquel momento buscaba un terreno para trasladar la bodega antigua que tenía en el pueblo. Y desde este enfoque de búsqueda espontánea la familia Guillén levantó en Entrena, su tierra amada, un escenario donde el viajero tuviera el privilegio de descansar y/o beber un buen vino creando dos mundos que han ido evolucionando a lo largo del tiempo.

Finca de los Arandinos, se puede encuadrar en la categoría de hoteles-bodega con encanto (cuatro estrellas) alejados del ruido y donde diseño, gastronomía y naturaleza tienen encuentro. Inaugurada en 2007 es obra del arquitecto Javier Arizcuren quien entendió bien la tipología de edificio que su propietario buscaba. No sólo gracias a su vínculo personal con la familia sino también por ser él también elaborador de vinos en la misma región.

(Foto: Finca de los Arandinos)
(Foto: Finca de los Arandinos)

El recinto posee espacios interconectados y muy flexibles

Decía Le Corbusier: “La naturaleza se hace paisaje cuando el hombre la enmarca”. Y el arquitecto, respondiendo al deseo del cliente de capturar el paisaje, utilizó éste como un elemento arquitectónico más que deja su marca y hay que tener muy en cuenta a la hora de proyectar. Es obvio que hay subjetividad en la percepción de un lugar, pero el arquitecto supo entender las inquietudes de la familia Guillén.

Lo hizo sabiendo que al insertar un edificio en medio de un viñedo tenía que poner en valor elementos del paisaje, el viento, la lluvia, como fuerzas de la naturaleza que colaboran y constituyen la identidad del lugar. Aunando espacios interconectados y muy flexibles que dieran cabida a ambas funciones (hotel y bodega) y brindando a los huéspedes una experiencia en una profunda conexión con un paisaje cultural, espiritual y estético.

(Foto: Finca de los Arandinos)
(Foto: Finca de los Arandinos)

La luz es un elemento imprescindible en la Finca de los Arandinos

El valor territorial aquí es muy potente, por lo que las estrategias arquitectónicas estaban orientadas a poner en valor los rasgos distintivos del lugar. Por ejemplo la tierra, los colores que invaden el paisaje en las diferentes estaciones y que consiguen dotar al proyecto de una singularidad que el visitante es capaz de percibir al llegar.

Arizcuren diseñó un edificio en forma de L con estética vanguardista y amplios ventanales que proyectaran la belleza paisajística del entorno. Constructivamente aprovechó las piedras que los agricultores iban sacando de sus campos como material inservible y se ocupó de aprovechar la luz como elemento imprescindible.

(Foto: Finca de los Arandinos)
(Foto: Finca de los Arandinos)

El diseñador David Delfín ha creado el interior

De espaldas a la carretera, las habitaciones se orientan a los viñedos en dirección noreste. No es este un hotel de lujo entendido como tal. Lujo (al menos para mí) es poder disfrutar de la singularidad de estar en medio de un viñedo y pasear al amanecer por caminos en completo silencio.

El interiorismo está firmado por el diseñador David Delfín que plasmó su creatividad en diferentes espacios diseñando diez ‘habitaciones transformables’ en la planta baja pensadas para despertar la curiosidad del huésped, con recovecos y mobiliario que esconden muchas facetas. El resto, tres habitaciones dobles y una Suite Junior ubicadas sobre la nave de barricas fueron diseñadas por el propio arquitecto. Unas y otras, luminosas habitaciones que combinan comodidad y modernidad.

(Foto: Finca de los Arandinos)
(Foto: Finca de los Arandinos)

El valor de una tierra generosa

Finca de los Arandinos como decía es, además de hotel, una bodega familiar donde desde 2011 se dedican en cuerpo y alma al enoturismo y la viticultura. En 2008 se embotellan los primeros vinos aunque no fue hasta 2011 cuando se inaugura el hotel coincidiendo con la transformación a certificación ecológica del viñedo.

La propiedad trabaja exclusivamente con 24 hectáreas de viñedo propio repartidas en 30 parcelas en distintas zonas localizadas en Entrena, al sur del río Ebro. Todas mayoritariamente orientadas al norte. Poseen una edad comprendida entre los 4 y los 60 años, a una altitud entre los 520 y los 600m.

Su objetivo es mantener el carácter de cada variedad. En blancas cultivan viuras viejas y tempranillo blanco. En tinto, tempranillo, mazuelo, además de alguna garnacha con 90 años amparadas bajo el prestigio de la DOCa Rioja. Con una producción que ronda las 155.000 botellas al año, casi todas destinadas a mercados internacionales, se elaboran los siguientes vinos: El Conjuro, El Tejar, Catay (en sus diferentes versiones crianza y reserva) y Viero, un blanco de vendimia tardía.

(Foto: Finca de los Arandinos)
(Foto: Finca de los Arandinos)

Cocina popular, homenaje a la tierra

El restaurante Tierra es un espacio agradable y con un trato al cliente cercano y amable. Ofrece una cocina basada en productos locales de calidad que rinde homenaje a su tierra, buscando el equilibrio entre el sabor de antaño y la cocina moderna. Y tiene una carta de vinos que se limita, eso sí, a las referencias de la propia bodega.

Original y relajante este Hotel Bodega Finca de los Arandinos en el corazón de La Rioja, fue reconocido en el año 2018 como el mejor hotel enoturístico de España, ganando el IWCM Award Spain. Su clave fue fusionar una experiencia de enoturismo integral en unas de las rutas del vino más afamadas.

Y en función de tu escala de preferencias podrás, sólo dormir, sólo comer, sólo visitar la bodega o todas las opciones juntas. Cualquiera de ellas te permitirá una aproximación emocional a este proyecto familiar. El lugar ideal para aquellos que aprecian la naturaleza y buscan silencio en un lugar de vinos legendarios, tejido de viñas, recuerdos y saberes antiguos.

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