Foto: © Manolo Yllera
No hay cielo como el de este rincón de la Costa de la Luz. Está amaneciendo… allá al fondo, en la línea de fuga, los acantilados de Roche y el mar como un lienzo –aparentemente en calma– tiene un aroma marinero, el de un verano apenas arrancado. Una luz especial tiñe de belleza esta tierra de finos viejos y bodegas con solera.
En la zona de la Loma del Puerco, en la distinguida urbanización gaditana de Novo Sancti Petri, observo la torre vigía del siglo XVI que se mantiene todavía en pie y que ya nadie recuerda. Camino por la extensa playa de la Barrosa desde donde sobresale un jardín enorme cuya presencia te atrapa en la distancia es el confortable Royal Hideaway Sancti Petri. Un hotel resort y spa de 5 estrellas (miembro del Barceló Hotel Group) cuya ubicación no puede ser más perfecta.
El diseño arquitectónico del “cosmos Royal Hideaway Sancti Petri” queda sumergido en un inmenso jardín. Con un total de 35.000 m2 de plantas tropicales y más de 18.000 palmeras crea un ecosistema propio que ocupa todo el campo visual mires por donde mires.
Casi sin saberlo, ambos, arquitectura y jardín, se entrecruzan y coexisten cómplices en un paisaje sin jerarquías con la fascinación de lo imperfecto. Un jardín que se despliega como un perfume, despertando todos los sentidos en una armonía sin fisuras.
Así, rodea las 195 amplias habitaciones del resort que se despliegan en múltiples planos escalonados hacia el azul intenso del océano Atlántico como telón de fondo. El jardín “de las sensaciones” vibra y palpita, se desborda y se prolonga hacia el mar en cierto modo.
El jardín del Royal Hideaway Sancti Petri, como un telar, se ha ido hilando en una íntima e infinita oda a la belleza y al silencio. Un refugio como una experiencia de evasión y desconexión que incita a sentarse y mirar.
A entregarte, a divagar por sus senderos acompañados por cursos de agua inesperados en sus diferentes perspectivas. Todo con la intermitencia de ser por momentos un escondite lleno de matices en una naturaleza, como siempre, inagotable.
El Garden Tour es una de las actividades que el hotel propone. Un paseo relajante de la mano de Isabel Alguacil, paisajista y presentadora de Paisajes con Firma. “Es un jardín para caminar sin parar”, nos dice. De hecho, atentos a ese orden que impone el tiempo, Isabel nos habla de la flora inusual proveniente del Caribe y Sudeste Asiático.
También de algunas de las especies subtropicales utilizadas y adaptadas al clima e incluso de algunas especies mediterráneas autóctonas que actúan como filtro. “Un jardín que adquiere mayor significación a través de la mirada y las diferentes lecturas que hace cada visitante”, explica.
Louis Benech, también paisajista, decía que “la clave del éxito de un jardín está en la mezcla de la rotundidad y fragilidad que hay en él”. Aconsejaba sentarse, observar cómo cae el sol, cómo llegan los vientos… “Un jardín va cambiando por sí mismo día tras día, como los huéspedes que por allí pasan y que al volver, un tiempo después, ni el jardín ni ellos son los mismos”.
El Royal Hideaway Sancti Petri tiene, además de este espectacular jardín, tres suites temáticas. La primera, de inspiración étnica, es la Africana y va en sintonía con el diseño biofílico. La segunda, Balinesa, tiene una decoración que transporta al trópico; y la Vanguardista cuenta con un estilo más ecléctico.
Pero la gran protagonista es la Suite Presidencial, merecedora de grandes premios entre otras cosas por sus impresionantes vistas al mar.
Este resort de la costa gaditana es una fusión de conceptos. Su carácter y sus colores lo convierten en un hotel diferente y exclusivo. Al sumergirte en sus espacios “encontrarás la paleta de colores que cambiará tu vida” dice una nota que encuentras al llegar a la habitación.
Tres son los colores elegidos. Los bloques de habitaciones en tonos naranja-tierra, el azul celeste de las láminas de agua y del cielo, que combinan con el verde de este oasis tropical. Tres colores que se cruzan y encajan para equilibrar cuerpo, mente y alma.
El jardín tropical envuelve las piscinas que comparten espacio con las diferentes propuestas gastronómicas. Atunante es una de ellas, un inelublible restaurante dedicado al atún rojo en sus múltiples versiones.
Los viajeros más foodies pueden disfrutar en Chez Lumière un Bistró “a lo gaditano” en el que Jean Porsche, arquitecto e interiorista mexicano, ha creado el contexto perfecto para ensalzar la gastronomía en una fusión de la comida francesa y andaluza.
El chef Juanlu Fernández (1 estrella Michelin y dos Soles Repsol en su restaurante Lú Cocina y Alma) transita entre lo local y lo parisino. Meticuloso y fiel a su amada tierra, establece una conexión entre ambos mundos. Rigor y pureza en la polaridad de la propuesta acompañada por una selecta carta de vinos locales, nacionales e internacionales. Champagne o Jerez, la elección es tuya…
Además, los clientes de Royal Hideaway Sancti Petri tienen también la oportunidad de relajarse en sus dos plantas dedicadas al bienestar. Tienen bañeras de hidromasaje, circuitos de aguas, duchas de sensaciones, piscina climatizada, sauna, baño turco y terma romana.
Pero entre ellas merece la pena destacar su Sky Wellness Terrace. Un espectacular centro de belleza oriental en la azotea del hotel y al aire libre con productos de la firma Omorovicza de Budapest.
Y para cuidarnos por dentro y por fuera el hotel ofrece también la posibilidad de explorar los desayunos más saludables. Todo de la mano de Alejandro Cánovas y Laura Gallardo nutricionistas del hotel, con recomendaciones para tu salud alimenticia con exquisitos batidos detox.
Sin duda varios reconocimientos internacionales ensalzan el Royal Hideaway Sancti Petri como uno de los máximos referentes hoteleros de España. Su suite Presidencial ha sido reconocida como ‘Mejor suite de España’; fue Mejor Hotel de lujo de playa de Europa del Sur y al Mejor Hotel Spa de lujo de Europa en los World Luxury Hotel Awards 2022.
Con orgullo su Director General, Ignacio Martín (zaragozano de nacimiento y gaditano de corazón) capitanea con pasión y dedicación el complejo sistema que es un hotel. Talismán que con su carácter vitalista (y la ayuda de su equipo) ha tejido nudo a nudo y de un modo muy personal este “jardín de senderos que se bifurcan” conquistando y dejándose conquistar por el lugar y articulando de manera coherente este proyecto apasionante.
Nunca sabremos entender en profundidad cada uno de los fragmentos del Royal Hideaway Sancti Petri en su belleza y fragilidad. En ese universo ingrávido donde confluyen dos mares. En ese punto simbólico y mágico donde los atunes se enredan en la almadraba, donde el viento grita y la corriente dice cosas que uno no entiende. Ahí donde perderse entre dunas y marismas es la excusa para ver los atardeceres más auténticos. Ahí, en el amplio horizonte de todo lo posible, pasaré los próximos 19 días y 500 noches…
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