La vuelta a la rutina, el cambio de armario y la sensación de que entramos de lleno en un eterno “día de la marmota”, da un giro de 180 grados si se compatibiliza con una escapada gastronómica y cultural a Ibiza. La isla blanca, esa que nunca cierra, no vive solamente de sus playas de arenas blancas y aguas cristalinas en verano.
En ellas, bañarse en octubre y noviembre es lo más normal del mundo para los residentes. Y la diversión también va más allá de sus discotecas, que cierran sus puertas estas semanas. Su amplia oferta culinaria, su moda, actividades complementarias y visitas a museos, bodegas o mercadillos la convierten en la escapada ideal para quienes buscan recuperar la energía positiva del verano y vivir unas vacaciones o fin de semana perfectos.
Cada miércoles hasta el 31 de octubre podremos adentrarnos en un enclave que supone un viaje a través de la historia más singular de la isla. Ubicado en Es Canar, Hippy Market Punta Arabí, es el mercadillo más legendario y mucho más que el lugar ideal donde hacer sugerentes compras y encontrar los artículos artesanales más originales.
Los amantes del vino tienen una parada obligatoria en Bodegas Can Rich. Allí pueden concertar una visita en la que conocer de primera mano los encantos de un viñedo ecológico. No sólo cuenta con destacados vinos y espumosos, sino que elabora, además, sus propias hierbas ibicencas, aceite de oliva y sales aromatizadas.
Para quienes busquen maridar estos planes con la mejor gastronomía y alojamientos de primer nivel la isla presenta, también en otoño, propuestas únicas con las que deleitar sentidos y paladar. Ubicado en lo alto de un acantilado, Hostal La Torre se posiciona como uno de los lugares referentes en Ibiza para disfrutar de la majestuosidad de los colores de la puesta de sol los 365 días del año. Sin duda, uno de mis refugios favoritos en la isla. A él acudo en el mes de septiembre para celebrar mi cumpleaños.
O Casa Maca, que es un homenaje al sabor local y a la sustentabilidad, con una firme apuesta por los ingredientes de kilómetro cero. La magia de los platos de este restaurante reside en la selección minuciosa de verduras y frutas de su propio huerto. Aunadas con las mejores carnes internacionales, pescados mediterráneos y mariscos de primer nivel cocinados a la brasa. Todo en una edificación ibicenca con más de 300 años de antigüedad que cuenta con diez espaciosas suites concebidas como villas individuales con terraza propia.
Sa Capella es una de esas joyas en las que se aúna una experiencia gastronómica de primer nivel. Este restaurante se ubica en una antigua capilla del Siglo XVI, que no llegó a consagrarse. Su cocina abierta confiere a este exclusivo restaurante el aspecto artístico de los antiguos teatros. Este año fue el lugar que escogí para celebrar con un grupo de amigos mi cumpleaños. Cenar dentro de una iglesia antigua. Un plan único. Sa Capella abrió sus puertas por primera vez como restaurante en 1978 para acoger a la jet-set bohemia de la época, desde Freddie Mercury y Montserrat Caballé, hasta el rey Emérito Juan Carlos I.
La Cava ofrece un servicio continuo de desayuno, comida y cena. Posee una excepcional selección de tapas de autor, bocadillos y platos principales, tanto de carne como de pescado. Una firme apuesta por la calidad y el origen local de sus ingredientes. Además, de lunes a viernes, propone un menú del día que destaca por su respeto al producto y su enfoque innovador.
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