A mediados del mes pasado volvía yo de San Petersburgo a Madrid en una incómoda combinación de vuelos con escala en Moscú teniendo que pasar unas cuatro horas de madrugada en las salas de espera del aeropuerto de Sheremetevo. Analizadas varias variantes, como un hotel convencional al lado del aeropuerto (variante bastante cara) o un hotel más económico pero más alejado (entre que vas y vuelves ya no te compensa) o deambular por instalaciones del propio aeropuerto, apareció la posibilidad de descansar 3-4 horas en uno de los (¡tres!) hoteles cápsula del aeropuerto. Todo un éxito.
Elegí el GettSleep (www.gettsleep.com) de la Terminal 3 del citado lugar, por poco más de 10 euros. Mis dos metros de altura encajaron de sobra en la cápsula, mi equipaje de mano estaba bien seguro en una taquilla electrónica y, si bien no es apto para claustrofóbicos, pude descansar razonablemente bien. Me parece una variante muy práctica para transbordos nocturnos o, incluso, para aquellas horas muertas en medio del día para aprovechar una siesta aeroportuaria.
Como bien es sabido, la idea de este tipo de instalaciones proviene de Japón. El concepto nació concretamente en Osaka, en los años 80 y se desarrolló rápidamente en las principales ciudades niponas. En seguida se mostró tremendamente práctico, ya que lo pueden utilizar tanto obreros como directivos trajeados que desean disfrutar de un merecido descanso, o aquellos que perdieron el último tren para regresar a casa.
El concepto se ha extendido lentamente al resto del mundo. Primero en los aeropuertos, desde París, o como hemos visto, Moscú, pasando por Bangkok. Luego, se implantó en otras ciudades asiáticas como Singapur o Seúl. En Europa, fuera de los aeropuertos, los hoteles-cápsula son raros, pero ya empiezan a aparecer en el centro de las ciudades. Es el caso de Milán y más recientemente, en nuestro país, en Bilbao.
En una tranquila y céntrica calle de Milán, capital italiana de la moda, abrió el pasado año Ostelzzz (www.ostelzzz.com) que rápidamente atrajo a turistas que evitan los albergues juveniles con literas que presentan problemas de seguridad y privacidad, algo que no sucede en los hoteles-cápsula. Las ocho cápsulas de la planta están pegadas una al lado de la otra con un baño compartido. Las duchas se encuentran al final del pasillo. Dentro de la cabina hay una cama de 90 cm por 2 metros con almohada y edredón, dos enchufes para cargar el teléfono o el ordenador, una caja fuerte para guardar el propio bolso y una mesita de noche integrada. Todo por un precio que oscila entre 19 euros (desayuno incluido) durante los períodos de menor actividad, y hasta 150 euros durante la Semana de la Moda de Milán.
El hotel pertenece al grupo italiano ZZZleepandGo que planea expandirse y este año desembarca en seis aeropuertos europeos a los que se agregarán rápidamente en 2020 cuatro en Brasil, incluido Río de Janeiro, con los que se convierte en líder mundial de este tipo de alojamientos.
En el centro de Bilbao, impulsado por la empresa local Optimi, el pasado mes de mayo abrió el primer establecimiento (www.optimirooms.com) de estas características en España, con habitáculos-cápsula. El establecimiento, que tiene categoría de hostel, cuenta con cincuenta cápsulas, en las que además de colchón viscoelástico, los huéspedes disponen de televisión, conexión USB, auriculares, caja fuerte y privacidad, al incorporar una puerta corredera para aislarse del resto de usuarios.
Iñaki Zabala, uno de los impulsores de la iniciativa, ha explicado que “en vez de apostar por una litera como hace cualquier hostel, quisimos diferenciarnos y hacer una especie de hostel premium”. Por ello, se decidieron por las cápsulas de línea futurista que caracterizan al establecimiento. Zabala asegura que el habitáculo, pese a sus dimensiones, no es claustrofóbico. “No es para nada un espacio angustioso ni agobiante”, afirma, aunque esto es discutible para aquellos más maniáticos.
Sobre este punto, otro de los promotores, Iker Caballero, aclara que se trata de cápsulas más amplias que las que se ofrecen en Japón o el recién abierto en Milán, donde las camas son de 90 centímetros, mientras las del nuevo hostel bilbaíno son de 120 centímetros. El alojamiento consta de una zona a la entrada donde se realiza el registro, una sala común con máquinas expendedoras de comida y microondas, otra zona donde se encuentran los baños y las duchas, un área de taquillas donde guardar el equipaje y finalmente se encuentra la zona donde se hallan las cápsulas.
La Selección Española de fútbol acudirá este verano a Bilbao, a jugar varios partidos de la Eurocopa 2020. Ya se están notando incrementos en los precios de los alojamientos. Seguro que para el Hotel OptimiRooms serán días de actividad frenética. Les deseamos éxitos a estos emprendedores, como le deseamos suerte en la Eurocopa a nuestro Equipo Nacional.
*Foto principal: optimirooms.com
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