Nantucket es una pequeña isla ubicada a unos 50 km al sur de Cape Cod, Massachusetts. Un pedazo de tierra con poco más de 100 kilómetros cuadrados (la mitad que la de la isla del Hierro, en Canarias), que sin embargo es mundialmente conocida. En parte porque es un destino vacacional de multimillonarios, en parte porque Herman Melville la puso en el mapa con Moby Dick y cómo no, porque es el escenario donde se grabó ‘La pareja perfecta’, el último éxito de Netflix.
Sea como fuere, Nantucket es uno de esos lugares tocados por una varita mágica cuyo nombre está ligado desde siempre a una mínima y exclusiva parte de la población. Los ricos. De hecho, apenas 68 kilómetros (unas 37 millas naúticas) la separan de otro destino ligado a las familias adineradas de la Costa Este estadounidense. No es otro que Martha´s Vineyard, una isla donde Jackie Kennedy compró una mansión tras enviudar de Aristóteles Onassis y donde los Obama encontraron también su exclusivo refugio. Pero volvamos a Nantucket.
Como decimos, es una isla recóndita y sin embargo, muy bien comunicada con el continente. Algo importante para satisfacer las necesidades de sus, imaginamos, ocupados y adinerados moradores.
Su pequeño aeropuerto opera un vuelo diario con Washington de una hora y media; y hasta cuatro con Newark, en Nueva York, de aproximadamente una hora y cuarto.
Sin embargo su atractivo reside precisamente en lo contrario. En la tranquilidad que garantiza un pueblo pequeño, las mansiones con embarcaderos propios y salida al mar; y la herencia del que fue el principal puerto ballenero del mundo.
De hecho, el lugar está ahora protegido con la distinción de ‘Distrito Histórico’ por el Gobierno de Estados Unidos y conserva unas 800 mansiones de los siglos XVIII y XIX. Su altitud de 9 metros sobre el nivel del mar garantiza el movimiento cómodo a pie o en bicicleta, tanto en los puertos históricos como en los tres instagrameables faros (Brant Point, Great Point y Sankaty) en los que se fotografían los turistas.
Igual que sucede con ‘La pareja perfecta’, la serie protagonizada por Nicole Kidman que ahora triunfa en Netflix, sus residentes o visitantes gozan de prestigio internacional y saneadas cuentas corrientes. Entre los famosos reales que la eligen como destino se encuentran el mediático Ben Affleck, el controvertido Johnny Deep o la archiconocida Kourtney Kardashian. Además de Tommy Hilfiger, que llegó a tener allí una mansión propia que su ex-mujer vendió hace más de una década por 27 millones de dólares.
Esta coqueta isla se suma a otras igualmente demandadas como refugios anti estrés por las personas más ricas del mundo. Es el caso de la llamada Isla de los Multimillonarios de Dubái (oficialmente Jumeirah Bay Island) donde Cristiano Ronaldo se ha comprado una mansión. Un lugar que ya comparan con la archiconocida Indian Creek de Florida, refugio de personalidades como Julio Iglesias, Tom Brady, David Guetta, Cher ó Ivanka Trump.
Como curiosidad decir que el nombre de Nantucket, como no podía ser de otra manera, también está ligado a una de las firmas de moda más exclusivas del mercado. No es otra que Hermès, que tiene desde 1938 un reloj bautizado con su nombre convertido ya en icono de la maison.
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