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Tenerife es un destino perfecto en cualquier época del año. Si estás pensando en hacer un regalo para Navidad, nada mejor que una experiencia en el especialísimo Anantara Spa del Tivoli La Caleta, uno de los hoteles de lujo más exclusivos donde perderse es casi una obligación. Porque ir a un hotel destino como éste, con 1.200 metros cuadrados de instalaciones dedicadas al bienestar, son unas vacaciones en sí mismas. Es más, son vacaciones dentro de unas vacaciones. Silencio y calma en el Anantara Spa (Foto: tivolihotels.com) Al poner un pie en el spa desaparece a tu alrededor cualquier ruido que no sea el del agua, las cascadas y la música suave. Ponerte en manos de sus terapeutas y disfrutar de sus zonas de agua es una experiencia de auténtico relax. Igual que probar la piscina cubierta, la sauna, los baños de vapor y el iglú de hielo en silencio y soledad. Agua salada, duchas, baños de contrastes... una hora de relajación es suficiente antes de tocar el cielo con el masaje Signature Anantara en una de las diez salas de tratamiento decoradas con tanto mimo y cuidado que podrías quedarte a vivir allí. Silencio y beneficios para la mente, cuerpo y alma. Porque desconectar, relajar la mente, sin prisa, paso a paso, con ayuda de la terapeuta para sacar el máximo beneficio a un tratamiento que va más allá del cuerpo, es necesario y algo que agradecer. Porque tú puedes tener fuego dentro, pero debes aprender a sacarlo. Puedes necesitar calmar la mente para calmar el cuerpo, pero debes saber hacerlo. (Foto: tivolihotels.com) Een el Anantara Spa saben cómo ayudarte a que lo que te preocupa salga, desaparezca y transite. Porque un masaje como el que elegimos, el Anantara Signature, mueve alma y cuerpo. Músculos, articulaciones, aromas, sentidos… Un spa que ha nacido en Tailandia y está ya presente en tres continentes, que coge de las antiguas tradiciones curativas de Oriente y lo traslada a lo último en beneficios de bienestar y ciencia. Rituales relajantes para el cuerpo y la mente inspirados en los ritmos de la isla: calmados, intensos, trascendentales, transformadores. Aceites esenciales, alta cosmética y unas manos expertas para estimular la circulación, relajar los músculos y promover el bienestar general de un momento que va más allá de la hora de duración, prácticamente te hace olvidarte de la noción del tiempo. Las abrumadoras suites de Anantara Spa (Foto: tivolihotels.com) Y al salir del spa, el lujo y el confort continúa en el resto de espacios de este exclusivo situado al sur de la isla. Sus 284 habitaciones, 20 de ellas suites espectaculares, están decoradas con maderas y fibras naturales, con muebles de diseño, arte local y alta tecnología en cada detalle. Todas tienen vistas al mar, a los jardines tropicales y a las piscinas. Todo el complejo ha sido diseñado por el arquitecto Melvin Villarroel, cuya obra combina naturaleza y arquitectura, dándole tonos terracota terrosos de lugares exóticos, pero también introduciendo su laberinto de detalles orgánicos, siempre impregnados del intenso verde de la naturaleza. Así lo vemos en los 18.000 metros cuadrados de los jardines subtropicales. Gastronomía y bares para disfrutar (Foto: tivolihotels.com) En cuanto a la oferta gastronómica, Tivoli La Caleta rinde homenaje a la gastronomía mundial debido a los turistas que lo visitan de todo el mundo. La oferta la ha diseñado Olivier da Costa, el conocido chef y emprendedor portugués que cuenta con 26 restaurantes en todo el mundo, desde São Paulo a Lisboa y de Roma a Bangkok. Así, el hotel tiene tres restaurantes. El Seen Beach Club, con vistas frente al mar; Yakuza, que ofrece desde el sushi más tradicional a las combinaciones más innovadoras y creativas; y Guilty, un espacio dinámico y cosmopolita cerca de la piscina principal, el epicentro del hotel. En cuanto a sus bares, existen cuatro. Alma Cocktail Bar, con zona interior y exterior y con una selección de vinos y cócteles españoles; el Clásico Sports Bar, con partidos en directo y una selección de bebidas y aperitivos; Suite&Tea, que ofrece tés de hoja suelta de todo el mundo, servidos acompañados de macarons y pasteles; y Guilty Pool Bar, que cuenta con una carta de batidos, smoothies de frutas, aperitivos ligeros y cócteles helados. ¿Volveremos? Por supuesto. A relajarnos, a conectar, a reconectar.

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