Tres bicicletas y una mujer extraordinaria: Bienvenidos a ‘Ride 4 a Woman’
Esto es solidaridad sostenible, esto es amor a tu tierra y a tu gente. Esto es Ride 4 a Woman.
Es la menor de ocho hermanos nacidos en Buhoma, cerca del Bosque Impenetrable de Bwindi, hogar también de los gorilas de la montaña. Se llama Evelyn Habesa. “Habesa” significa “Al fin” porque su hermana mayor cuando ella nació dijo: “Al fin tengo una hermana”. En su comunidad no hay apellido, sino dos nombres. Al contraer matrimonio añaden el nombre del marido. Estamos en el corazón más verde de África. Lejos de todo, muy lejos.
Evelyn pronto quedó huérfana, y su madre luchó para que sus hijos pudieran estudiar y ayudar a su gente. Evelyn lo tenía muy claro, estudiaría Turismo en Kampala y haría feliz a su madre ayudando a su comunidad. Siempre fue muy consciente de los problemas, tragedias e incluso perversiones que las mujeres sufren en África. Ese África rica y productiva que sin embargo mantiene a sus habitantes en el más indignante de los abandonos.
La tierra de los Pigmeos
Al volver se puso manos a la obra, primero con los Pigmeos, esa tribu que debería ser adorada y sin embargo está siendo aniquilada. Los Pigmeos siempre estuvieron en el África verde, el África Ecuatorial. Siempre. Junto a los Bosquimanos y Khoi Khoi son las únicas tribus que nunca abandonaron su territorio. Desde Lucy hasta el Homo Sapiens, África fue origen de la vida y desde este continente hipnótico otras tribus fueron repoblando la tierra y regresando después.
Pero para los Pigmeos, la selva centro africana les pertenece como cualquier otra parte de su diminuto cuerpo. Esta es la zona de los Pigmeos Batwa que en 1991 fueron expulsados de su selva que se convirtió en Bwindi Impenetrable Nacional Park, para la preservación de los gorilas de la montaña. Los Batwa fueron integrados en las comunidades cercanas e intentaron adaptarse a la vida ugandesa. Algunos recibieron indemnizaciones, otros unas tierras (casi a modo de reserva) donde poder mostrar al turista su forma de ex-vida, preservando su propio origen gracias al pago de una entrada. Todo triste, en cualquier caso.
El nacimiento de ‘Ride 4 a Woman’
Evelyn llegó con sus estudios dispuesta a ayudar a los Batwa y a las mujeres de su comunidad. En el año 2009 compró tres bicicletas para que las mujeres Batwa las ofrecieran en alquiler a los turistas, y ahí surgió el nombre “Ride 4 a Woman” fundada junto a su esposo Denis Rubalema. Evelyn y Denis se conocieron en Kampala, él es licenciado en estudios de Desarrollo y tiene un master en Marketing obtenido en el Reino Unido. Juntos son el equipo perfecto e impulsores de este gran proyecto de vida.
Tras el éxito de las bicicletas, Evelyn lanzó una llamada a todas las mujeres que sufrían en sus casas problemas asociados al SIDA, pobreza, viudedad, violaciones y violencia doméstica, madres solteras y a mujeres sin ningún tipo de recurso. En la actualidad tiene 300 mujeres de 11 pueblos que trabajan dentro y fuera del centro comunitario. Les da cobijo en caso necesario, pero a todas les enseña a pescar.
El proyecto de una mujer extraordinaria
En 2011 hubo un antes y un después, cuando una diseñadora australiana se ofreció a enseñarles corte y confección. Así podrían confeccionar ropa con sus magníficos tejidos. Hacen todo tipo de utensilios para la casa, collares, bolsos, sombreros, tejen cestas, elaboran llaveros y pulseras, y hasta aprenden a bailar y a tocar el tambor para amenizar los festejos para las que son contratadas. Todo el dinero que se obtiene con la venta de productos se repare a partes iguales entre todas. Reciben comida diariamente y los utensilios necesarios. En Ride 4 a Woman son una gran familia que ha salido adelante gracias a una mujer extraordinaria que vive pendiente de todas y cada una de estas mujeres que ya no son necesitadas, sino libres e independientes, capaces de sacar a sus hijos adelante y ofrecerles una educación.
Evelyn facilita micro créditos desde 80 a 1000 dólares, ya tienen escuela para niños y purificadora de agua que les evita recorrer cada día muchos kilómetros hasta los pozos públicos. Con el 80% del dinero ganado gracias a los alojamientos, se mantiene una casa de acogida para esconder a las mujeres violadas y maltratadas. Allí, en algún lugar secreto, reciben educación, pueden tener sus propios mini huertos y vivir en paz junto a sus hijos.