Así es la lujosa urbanización española a la que Putin no volverá este verano
Vladimir Putin disfrutaba en Alicante de una parte de sus vacaciones de verano, algo de lo que tendrá que ir olvidándose por un tiempo.
El destino de vacaciones de Vladimir Putin es en estos momentos un misterio. Pero casi seguro que no será España ni algunas de las localidades europeas donde ha disfrutado en otras ocasiones del sol y el buen clima que no abunda por su amada Rusia.
La Unión Europea sigue aumentando la presión sobre las propiedades y bienes de lujo de millonarios rusos; lo que no tiene visos de cambiar en un breve espacio de tiempo. La mayoría de expertos creen que es pronto para calcular el impacto que esta invasión va a provocar en el turismo de lujo ruso.
Sobre todo en determinadas zonas de España donde era muy habitual ver a Putin junto a buenos amigos y socios comerciales. En busca de discreción absoluta, el presidente ruso visitaba hasta el verano pasado una de las zonas más lujosas de España. La urbanización Altea Hills, en Alicante.
Vladimir Putin ha disfrutado en el pasado de esta urbanización
Un entorno privado al que no se puede acceder salvo con invitación y que tiene de todo. Se encuentra muy cerca del Club Náutico Marina Greenwich, donde atracan algunos de los yates más lujosos del mundo; y del Club de Golf Don Cayo.
Posee tiendas propias, zonas infantiles y hasta una iglesia ortodoxa; la primera que se construyó en España. Sólo en Alicante hay empadronadas unas 25.000 personas de nacionalidad rusa. Algo menos de setecientas lo están en Altea. Algunos de ellos son residentes habituales de esta lujosa urbanización.
Casas diferentes, exclusivas y carísimas
Una de sus características es que todas sus casas son diferentes. Ninguna tiene la misma estructura ni habitabilidad. La gran mayoría de ellas han sido diseñadas por el arquitecto Carlos Gilardi y los interioristas Erik Kuster y Pepe Cabrera.
Son casas amplias que como mínimo tienen unos 500 metros cuadrados repartidos en varias plantas. Son casas muy luminosas, con grandes ventanales para aprovechar al máximo la luz del Mediterráneo. Todo ello acompañado por amplias zonas ajardinadas y piscina.
Adquirir una vivienda en esta exclusiva urbanización está al alcance de muy pocos bolsillos. Como ejemplo, la propiedad más cara vendida en el portal inmobiliario idealista ronda los siete millones y medio de euros. Una casa de 2.000 metros cuadrados habitables, siete dormitorios y diez baños. Completamente domotizada, dispone de garaje para diez coches y una zona ajardinada de 3.000 metros cuadrados.