Zanzíbar, el África que no te imaginas
Además de exuberante naturaleza, este destino es ideal para disfrutar de la playa y de una encantadora mezcla de culturas en su capital.
Todo el mundo ha oído hablar de los grandes parques nacionales de África, de sus desiertos y de sus selvas. Pero menos gente conoce un destino del continente que une playas de ensueño, ciudades con encanto y arrecifes de coral repletos de vida. Hablamos de Zanzíbar, un conjunto de islas situadas enfrente de la costa de Tanzania, que son frecuentemente el destino final de los circuitos y recorridos por esta parte del mundo. Unos días de playa y sol para descansar son un gran broche de oro ya se trate de un viaje de novios o de mochileros.
Está formado por dos islas principales (Zanzíbar, que da nombre al conjunto, y Pemba) y varios islotes más pequeños; y se encuentra muy cerca de Dar es Salaam, la capital tanzana, desde donde se puede llegar en avión en un vuelo de veinte minutos o, como opción más económica, en diferentes barcos con recorridos de dos a cuatro horas.
Una vez allí, lo más recomendable para moverse por el interior de las islas es hacer uso de los taxis locales, aunque hay disponibilidad de coches de alquiler y autobuses de línea siempre que no se tenga prisa y la paciencia esté entre nuestras virtudes.
A lo largo de la historia, Zanzíbar ha sido ocupada por portugueses, árabes e ingleses y ha recibido emigrantes hindúes y ceilandeses, por lo que culturalmente tiene una mezcla muy interesante. Tristemente, también fue un centro importante del tráfico de esclavos.
La ciudad más importante es Stone Town, la ciudad blanca construida con piedras de coral y famosa porque las puertas de sus casas están talladas y personalizadas con la historia de la familia propietaria. Su barrio antiguo es Patrimonio de la Humanidad.
Zanzíbar es mar en todos sus sentidos y es que gran parte de su encanto lo aporta el océano Índico que baña sus islas. Además de las playas paradisiacas, se ofertan excursiones para hacer snorkel, submarinismo o simplemente navegar entre arrecifes de coral, bancos de arena infinitos e islotes desiertos. Son destinos imprescindibles el atolón de Mnemba o la bahía de Menai.
El dhow es la embarcación tradicional de las islas y no hay que dejar de probarlo o admirar cómo los construyen los pescadores si se tiene la oportunidad. También tradicional es el cultivo y comercio de especias y hay plantaciones que se pueden visitar.
Otro atractivo importante es el Parque Nacional de Jozani donde se conserva todavía parte del bosque tropical original y el único lugar del mundo donde se puede ver al mono colobo rojo, un primate que se encuentra en peligro de extinción y es el símbolo de la conservación de las islas.
Como lugar curioso, el restaurante The Rock que es el más famoso de las islas, tiene poca capacidad pero se encuentra en un sitio muy particular. Encaramado en lo alto de un pequeño islote, sólo se puede acceder a él en barco y es imprescindible hacer reserva.
Zanzíbar será, por descontado, un final de viaje perfecto si venimos del interior del continente pero también puede ser un gran destino por sí mismo. Atractivos para ello tiene de sobra.