Cucareliquia: 1772

Fue en 1772 cuando en Riópar, un pueblo de Albacete, se fundó la primera manufactura española dedicada al latón y bronce con la pertinente autorización de Carlos III (desde allí salían, por ejemplo, las planchas de cobre con los que se forraban los casos de los buques de guerra para que la madera no se carcomiese y para que los navíos alcanzasen mayor velocidad). Esta industria tan boyante hace siglos hoy cuenta con pocos herederos, apenas tres pequeñas empresas.

La historia de este gremio y su buen hacer llamó la atención de los dos diseñadores de Cucareliquia, Héctor Jareño y Adrián López, que en su nueva colección le rinden el mayor homenaje que pueden hacerle: incorporar a algunos de sus bolsos piezas artesanales de bronce y latón inspiradas en los archivos históricos locales. Son piezas que se realizan en un pequeño taller con fundición que gestionan dos hermanos Lozano.

La colección ‘1772’ consta de nueve modelos en piel de vacuno (algunos con print de cocodrilo) en varias versiones. En este sentido, algunas piezas se complementan con esas piezas maravillosas de bronce fundidas artesanalmente… otras con porcelana, caoba y piel de zorro. La firma continúa con su leiv motiv de ensalzar el trabajo artesano español. De ahí que todos sus bolsos tienen un trocito de historia de los mejores marroquineros patrios.

Cucareliquia también ha lanzado una colección de accesorios de collares, colgantes y pendientes para continuar con ese tributo a broncistas y latoneros que hace más de dos siglos se instalaron en la margen derecha del río Mundo, al pie de la mina de calamina, y que proveyeron al mundo de piezas excelentes. Sólo había otra industria similar en Europa, en Goslar, Alemania de la que no quedan herederos ni artesanos. Más sobre Cucareliquia en The Luxonomist aquí.