Aunque muchos piensen que el tourbillon es la mayor complicación de la relojería, esto no es así. Los relojeros más experimentados saben que es mucho más difícil producir una repetición de minutos, en ocasiones un calendario perpetuo, que un tourbillon. O que existen retos mayores como manufacturar un calendario perpetuo tourbillon con una calidad-precio fuera de lo común.
Esto es justo lo que ha hecho Frederique Constant, una manufactura de relojería suiza cuyo objetivo es poner a disposición de los amantes de los guardianes del tiempo, relojes con una extremada relación calidad-precio. Para que todos podamos disfrutar del arte de la relojería que se conecta con la eternidad.
Frederique Constant es una de esas marcas innovadoras que no se aferran a las reglas y paradigmas de la relojería suiza tradicional. Ya demostró hace años con el lanzamiento del calendario perpetuo manufacturado más económico del mercado que el tiempo de esta joven compañía suiza había llegado y que entraban en el mercado de la alta relojería para cambiarlo.
Muchos pensaron que la “locura transitoria” de los presidentes y fundadores de la firma, Peter y Aletta Stas; y su director general, Niels Eggerding, pronto se disiparía. Pero nada más lejos de la realidad, porque Frederique Constant este año ha dado dos nuevos puñetazos en la mesa.
Por un lado, presentando un nuevo tipo de reloj de manufactura híbrida, que combina la mecánica tradicional con un microchip que hace que se transforme en un reloj conectado. Y por otro, el lanzamiento por su 30 aniversario del Frederique Constant Calendario Perpetuo Tourbillon que encarna el espíritu, la determinación y la pasión vitales de la marca por el conocimiento relojero.
Este calendario perpetuo no solo contribuye a la búsqueda de la máxima precisión sino que además lo hace a un precio increíblemente económico para lo que la alta relojería se refiere. La función principal es contrarrestar los errores de la gravedad de la Tierra en un movimiento en posición vertical. El mecanismo titular de esa pieza de alta relojería es el nuevo movimiento automático FC-975.
El nuevo calibre tourbillon automático y calendario perpetuo, introduce el silicio entre sus componentes más especiales para mejorar su precisión y antimagnetismo. Esta gran complicación soporta simultáneamente tres componentes: una rueda y anclaje de escape de silicio, una rueda de equilibrio de peso inteligente y una jaula de tourbillon.
Estos relojes son impresionantes en términos de relojería ya que el tourbillon se ha desarrollado en un proceso industrializado hasta el último detalle, lo que permite reducir el precio de un calendario perpetuo manufacturado hasta los 19.000 euros en cajas chapadas y ediciones limitadas a 88 piezas o hasta los 30.000 euros en caja de oro rosa y edición limitada a 30 piezas.
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