Las increíble historia de las gafas espirituales de Pharrell Williams
El diseñador presenta su primer desfile como creativo de Louis Vuitton con una evolución de unas gafas de Tiffany inspiradas en un príncipe indio.
Pharrell Williams se ha estrenado esta semana en París como director creativo de Louis Vuitton. Lo ha hecho con un desfile que ha sido todo un éxito y al que acudieron numerosas estrellas invitadas como Beyoncé, Jay-Z, Zendaya o Lewis Hamilton. Un alarde de creatividad en el que sin duda destacó el propio estilo de Pharrell Williams, al que pudimos ver, saludando por primera vez sobre la pasarela, con unas especialísimas gafas de sol que firma Tiffany.
Las gafas Tiffany de Pharrell Williams
Al creativo le encanta este tipo de creación de la filial de LVMH y luce desde hace tiempo modelos similares. Las que llevaba puestas esta semana son un diseño que Tiffany ha creado con una base de oro de 18 quilates y diamantes baguette de 20 quilates, según ha revelado la revista GQ.
El marco de las lentes tiene forma de lágrima y el color de los cristales es negro azabache. El complemento ideal para el look vanguardista con el que sorprendió el diseñador. Un traje de cuero en tonos verdes, tostados y negros con una trama de camuflaje pixelada. Un diseño que se repite en buena parte de la colección masculina presentada.
En cualquier caso, las gafas de Pharrell Williams diseñadas por Tiffany son la evolución de un modelo que él mismo promocionó en 2022. Una propuesta que llevó a varios actos públicos y de la que aseguró «eran el inicio de algo más grande». En declaraciones a WWD dijo: «Tiffany y yo estamos comprometidos. Es la primera de muchas cosas que voy a hacer con ellos».
Se inspiran en unos anteojos del siglo XVII
No obstante, el diseño de las gafas no es reciente. Se inspira en un par de anteojos antiguos subastados por Sotheby’s allá por octubre de 2021. Los historiadores consultados por la casa de subastas dataron los anteojos en el siglo XVII y establecieron una conexión entre ellos y un príncipe indio.
El encargo fue elaborado por un artesano que moldeó los anteojos con piedras preciosas en lugar de lentes. Dos de ellas salieron de un diamante que podría pesar unos 200 quilates y las otras dos de una esmeralda colombiana de al menos 300 quilates.
Se estima que ambas gafas se crearon con fines espirituales, más que por cuestiones estéticas. Se diseñaron así porque se pensaba que serían capaces de iluminar a quien las llevara, en el caso de los diamantes, y curar y alejar el mal, en el caso de las esmeraldas. Se vendieron por algo más de 3 millones de dólares cada una.