Historia de la camiseta blanca
La camiseta blanca es una prenda básica en nuestro armario pero, ¿sabías que no siempre fue así? De hecho, antes se usaba como camiseta interior. Esta es la historia de la prenda más versátil del mundo tal y como la cuentan los expertos de Polo Club.
Un must de cualquier armario
La camiseta blanca es un básico que no debe faltar en ningún armario. Y es que es todo lo que necesitas para salir, ir a una cena de trabajo informal o bajar a la playa es esta prenda sencilla, cómoda y que combina con todo.
Este verano la camiseta blanca se lleva en el día a día con pantalones largos o bermudas que puedes combinar tanto con deportivas como con mocasines, por ejemplo. También se lleva sobre un bañador durante las vacaciones y con un jersey fino o una sudadera por encima para las noches en las que refresca.
Historia de la camiseta blanca
En la Edad Media ya se usaban camisolas en forma de T que se fueron estrechando con el paso del tiempo. No obstante, no fue hasta finales del siglo XIX cuando comenzó su verdadera popularidad.
Y es que las nuevas técnicas de producción permitieron la fabricación en masa de esta prenda. Además, la marina británica y estadounidense comenzó a usar la camiseta blanca en sus uniformes. Dos factores claves en la evolución de esta prenda tan icónica.
Así, una vez que se permitió llevarla como prenda de trabajo, el negocio de las camisetas se disparó considerablemente. También impulsado por las imágenes de los soldados de guerra luciendo camisetas que hicieron que la prenda se asociase al héroe militar.
La prenda de los galanes de Hollywood
Y de aquí directa a Hollywood, donde pasó a formar parte del vestuario masculino con un diseño más ajustado. Desde galanes del cine clásico como Steve McQueen, Paul Newman o James Dean a rostros del panorama actual como Shawn Mendes o Bad Bunny. Todos se ponen de acuerdo en que la camiseta blanca ha sido y es un imprescindible en el armario.
En cuanto a su uso por parte de las mujeres, no fue hasta los años 60 cuando la camiseta comenzó a formar parte del armario femenino, democratizándose así y pasando de una prenda interior a una exterior que pronto serviría como todo un lienzo para plasmar sobre ella un sinfín de mensajes.
Se trata de una prenda que ha unido a todo tipo de clases sociales sin importar el precio que estuviese detrás, un uniforme para el día a día que se ha convertido en un imprescindible también para la mujer.