La chaqueta: el comodín del armario masculino
Si hay una prenda imprescindible en el armario de un hombre, esa es la chaqueta. Ya sea verano, invierno de colores o con estampado, es un básico que siempre nos saca de un apuro.
La chaqueta, lejos de la formalidad del traje, ofrece una amplia gama de combinaciones por sus texturas, colores, estampados y formas. En invierno suelen ser de tejido grueso y abrigado, lo que permite lucirlas sin nada encima los días de no mucho frío. No obstante, siempre queda el recurso usado los últimos años del chaleco de plumas debajo o encima de la americana.
“El bolsillo exterior de la chaqueta es para llevar el pañuelo”
La chaqueta lleva bolsillos exteriores e interiores. Los interiores suelen estar en cada uno de los lados y a la altura del pecho. Los de fuera, que normalmente solo hay uno en el lado izquierdo, es menos profundo que los internos y se utiliza para el pañuelo. No debe usarse para otras cosas que a veces vemos como por ejemplo guardar el móvil o las gafas. Este mal uso deformará la chaqueta y descompensará el lado derecho con el izquierdo.
“Se permiten los botones de colores para alegrar las chaquetas”
Las chaquetas suelen ir forradas por dentro, pero actualmente hay mucha tendencia a forrar solo los delanteros. Las solapas pueden estar picadas, es decir, con las puntadas a la vista. Suele verse esto en trajes o con un ojal. Éste sirve para dar personalidad a la prenda y un valor añadido. Se suele hacer de color a juego con algún ojal. En la manga se cosen cuatro botones. En algunas marcas solemos ponerlos de colores para alegrar las prendas.
El último botón nunca debes abrocharlo y si llevas debajo del chaleco del que hablamos al principio, mejor lleva la chaqueta desabrochada para lucir la prenda y darle todo el protagonismo al colorido del conjunto.