A Belén y a Joanne les gusta la moda, pero no solo. Cuando crearon su marca de calzado, IMM Shoes, tenían claro que debían crear un valor a la sociedad en general y a los colectivos más vulnerables en particular. Por ello, desde su inicio han lanzado varias colecciones cápsula realizadas por inmigrantes y refugiados, a los que habían formado previamente.
La primera estaba inspirada en el calzado de los kiowa, una de las tribus aborígenes más antiguas de América. Se realizó en un taller de Sevilla por veinte inmigrantes procedentes de Siria, Marruecos, Guatemala, Venezuela, Colombia, Ghana y Ucrania. El material utilizado, cuero certificado sobrante de las grandes marcas de lujo.
Gracias a ello su calzado fue de una calidad extraordinaria y un precio asequible. Todo al tiempo que se les daba una oportunidad laboral a decenas de personas contratadas a tiempo completo. Las fundadoras de la marca insisten: «Cuantos más zapatos vendamos, más trabajo crearemos«.
La segunda colección de IMM Shoes ya está a la venta y ofrece tres modelos de alpargatas disponibles en 13 colores. Con tejido bicolor, punta cuadrada en cuero y sandalias, todos los pares están hechos a partir de materiales sostenibles. Estos van del cuero al denim pasando por el yute natural, procedente de proveedores locales. Un ejemplo de empresa slow fashion, cuya filosofía dice que «la responsabilidad social ha de ser la piedra angular de las empresas».
Rafael Castellón, originario de Honduras, es el responsable de la colección Les Espadrilles. Formado en Italia, es un extraordinario zapatero. «Encontrar enfoques alternativos para ayudas a las personas desprotegidas es el germen de la marca. Ofrecemos trabajo a inmigrantes cualificados para ayudarlos a construir un nuevo hogar en sus países de acogida«, explican las fundadoras de IMM Shoes.
La anterior colección estuvo liderada por Gonzalo Soria, un joven boliviano que antes de verse obligado a abandonar su país dirigía una de las fábricas de calzado más importantes, en la que llevaba trabajando desde los ocho años; y Rosalba Caballero, una mujer hondureña madre de tres hijos que luego lideraron el proyecto en la ciudad hispalense.
Uno de los gigantes del sector de la moda, el grupo LVMH, en su compromiso con la economía circular y los nuevos retos de sostenibilidad ha creado la plataforma Nona Source. En ella se pueden comprar los excedentes de sus materiales como lana, acetato, viscosas, lino natural, crepe o seda. Un paraíso para las marcas de moda a precios módicos.
Estas pueden acceder a materiales de alta calidad al tiempo que se fomenta la reutilización de los recursos existentes. Y así lo hizo la empresa española IMM Shoes, que además recibió una donación de cuero sobrante de las curtidurías propiedad de las Métiers d´Art del grupo francés.
Por cierto, Nona, quien da nombre a la plataforma de LVMH, es una de las tres diosas parcas de la mitología romana. Símbolo del destino humano y el cambio necesario, Nona, hace girar el hilo de la vida, Décima lo teje y Morta lo corta.
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