Chaumet convierte en joya el icónico ‘Frasco de Abejas’ de Guerlain
Esta alianza de artesanos conmemora el 170 aniversario de una botella creada para la emperatriz Eugenia con motivo de su enlace con Napoleón III.
Lujo, refinamiento, artesanía… Muchas son las palabras que se vienen a la mente al contemplar la colaboración entre Chaumet y Guerlain para conmemorar el 170 aniversario de la creación del icónico Frasco de Abejas. Diamantes, oro cincelado y tesoros escondidos se centran en una colaboración de ultralujo llamada Le Bouquet de la Cour.
Un objeto que rinde homenaje a la primera botella realizada por la casa de perfumes para subir de nivel al Eau de Cologne Impériale, creado para la emperatriz Eugenia con motivo de su enlace con Napoleón III.
El nuevo frasco de Guerlain está elaborado a mano por Chaumet
Este homenaje al símbolo de la abeja imperial requirió casi 270 horas de meticulosa artesanía y brilla con 336 diamantes con un peso total de 55 quilates. Hecho a mano en el taller Chaumet del número 12 de la plaza Vendôme, las elegantes curvas de esta obra maestra de la joyería están envueltas en un panal de oro cincelado.
Además de su impresionante belleza, el Bouquet de la Cour reserva un secreto en su interior. Oculto en la tapa de la botella hay un anillo rematado con un diamante talla emperatriz de dos quilates y tallado con 88 facetas. Por supuesto creado por Chaumet.
Las abejas, símbolo imperial francés
El atemporal Frasco de Abejas es un icono desde hace casi 170 años. Un valioso emblema de Guerlain y un símbolo artesanal que no ha perdido su esencia con el paso de los años. El modelo original está adornado con un motivo de festón inspirado en la columna de la Place Vendôme y con 69 abejas, símbolo imperial francés.
La creación del frasco ha sido confiada a la cristalería Pochet & du Courval desde el principio, y las abejas y los festones dorados están pintados a mano con el oro más exquisito según tradiciones ancestrales. Además, quien quiera poseer uno puede comprarlo y personalizarlo a su gusto, aunque ninguno puede competir con la gran joya creada por Chaumet.