Para los amantes de la relojería hay piezas que son icónicas. Relojes que por su rareza, belleza y precisión forman parte de un selecto club al que muy pocos mortales pueden acceder. Entre ellos está el cronógrafo con calendario perpetuo Patek Philippe 1518. Elaborado en acero inoxidable, es una obra maestra que muchos sitúan entre los diez mejores relojes de la historia.
Solo hay cuatro ejemplares conocidos en todo el planeta de este reloj. Y el dueño de uno de ellos ha decidido sacarlo al mercado a través de Monaco Legend Group con una selecta venta privada.
De los talleres de Patek Philippe salieron desde 1941 y durante 14 años solo 281 ejemplares de este reloj. Cuatro de ellos se enviaron a sus propietarios en cajas de acero inoxidable con brazalete del mismo material.
Uno de ellos es el reloj del que hablamos hoy.
La pieza salió del taller de la firma en 1943 y, a pesar de su edad, se encuentra en un estado de conservación muy notable, según los expertos de la casa monegasca. Su procedencia, ampliamente documentada, así como su rareza, lo convierten en uno de los relojes de pulsera más importantes que jamás hayan aparecido en el mercado.
De hecho, se convirtió en su día en el primer cronógrafo con calendario perpetuo de producción regular del mundo. Todo ello en un diámetro de 35 mm.
El reloj salió al mercado por primera vez en una subasta organizada en Mónaco en noviembre de 1989. Su propietario era Gerolamo Etro, el empresario italiano que fundó Etro, la famosa casa de moda y textiles de lujo.
Tras la venta, pasó a manos de un importante coleccionista suizo, Ernst Schuster. Un conocido entusiasta de Ferrari y de los relojes, que lo conservó hasta 1995.
Ese año el reloj salió de nuevo a la venta en una subasta organizada en Ginebra. Lo adquirió Helmut Crott, uno de los comerciantes de relojes y coleccionistas de Patek Philippe más respetados de su época.
En 2004 encontró un nuevo hogar en manos del coleccionista Davide Parmegiani, autor de The Collection, uno de los libros más completos del sector. En 2010 pasó a manos de su actual propietario, quien lo ha conservado cuidadosamente durante los últimos 15 años.
La última vez que se subastó un Patek Philippe 1518 de acero fue en 2016. Y su precio final alcanzó los 11,5 millones de dólares.
Ahora Monaco Legend Group espera vender este modelo sobre los 20 millones de dólares. De lograrlo, lo convertiría en el reloj más caro del mundo jamás vendido.
Los expertos del sector así lo consideran, aunque saben que en 2019, en una subasta benéfica, se vendió un Patek Grandmaster Chime 6300A-010 por unos 31 millones de dólares. Estiman que, por sus fines benéficos, este tipo de subastas suelen inflar los precios y no son un reflejo del mercado.
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