Karin Pera: «Saber lo que te pones es saber lo que proyectas»
Dejó el periodismo para ser coach de imagen, un trabajo que le apasiona y con el que ayuda a mujeres a recobrar la seguridad en sí mismas.
Periodista, comunicadora y amante de la televisión, Karin Pera comenzó su carrera profesional en Canal+ y CNN+. Más tarde cambió la actualidad el periodismo más exigente por los contenidos de entretenimiento de Cosmopolitan TV y Nickelodeon, donde pasó sus últimos 14 años como ejecutiva de televisión. Luego la exigencia laboral, la responsabilidad creciente y dos hijos recién nacidos le hicieron cambiar de rumbo y reconvertirse en coach de imagen.
TL: ¿Cuál fue el momento de hacer clic?
Karin Pera: Me fui de la tele después de 20 años porque lo necesitaba. Me fui feliz y de buena onda pero con la certeza de que habría tenido que sacrificar mucho mi vida personal y a mis hijos si hubiera seguido con el mismo ritmo de exigencia y responsabilidad.
TL: ¿Fue fácil encontrar tu camino?
Karin Pera: No fue inmediato. Al principio hice un coaching ejecutivo para ponerme en órbita y saber realmente qué se me daba bien, además del trabajo al que llevaba dedicada las últimas décadas. Incluso tuve una oportunidad de volver a la tele pero no quise. Hubo un momento en el que me sentí atrapada.
«Me encantan las mujeres reales y darles confianza»
TL: ¿Cómo diste el paso para ser coach de imagen?
Karin Pera: Me paré a pensar qué podía hacer por mí misma, qué se me daba bien y qué me gustaba. Pensé en el orden, la organización, la moda… y tras investigar mucho llegué a la conclusión de que quería aconsejar a mujeres a encontrar su estilo. Me preparé como coach, hice un curso de personal styling en Londres, me certifiqué en asesoría de estilo… y en enero de 2020 lancé mi web.
TL: Un mal momento para emprender con todo lo que vendría después… ¿cómo superaste un comienzo tan difícil?
Karin Pera: Los primeros meses fueron duros. Luego empecé a ofrecer mis servicios a amigas, conocidas… y el boca a boca hizo el resto.
TL: ¿En qué consiste tu trabajo?
KP: Principalmente ayudo a mis clientas a que encuentren su estilo personal, si es que no lo tienen. Empiezo con un estudio morfológico de su cuerpo para ver con ellas qué prendas les quedan mejor, qué colores les favorecen más o cuáles utilizan más por su estilo de vida. Y luego optimizamos el armario.
«Muchos armarios son como cementerios textiles»
TL: ¿Qué quieres decir con optimización de armarios?
KP: Se trata de hacer una labor ‘detox’. De quitar «lo que hace ruido» y descartar. Muchos armarios son como cementerios textiles, llenos de prendas o recuerdos que no se usan, pero también de cosas maravillosas que están esperando una segunda vida. En el 90% de los casos no los organizo, sino que intento poner algo de cordura a las prendas que ya se tienen. El objetivo es que los armarios sean prácticos para cada tipo de vida.
TL: ¿Cuál es el perfil de tus clientas?
KP: Generalmente mujeres de entre 35 y 55 años, con trabajos de responsabilidad y que han tenido un gran cambio. A nivel personal un divorcio, a nivel laboral un cambio de trabajo, a nivel físico un cambio brusco de peso… Todo esto hace que necesiten optimizar sus armarios y comunicar de nuevo con su forma de vestir.
TL: Tu trabajo va más allá del que realiza un personal shopper…
KP: Sí. Yo ayudo a las mujeres a que sepan qué les queda bien, qué prendas de las que tienen pueden reutilizar, cómo y con qué las pueden combinar, cuáles son los colores que mejor les van, cuáles deberían evitar… No obstante, también les compongo looks y salgo a comprar con ellas si en sus armarios hay poco donde rascar.
«La autoexigencia lleva a la inseguridad»
TL: ¿Hay una necesidad que se repite en todas ellas?
KP: La inseguridad con el cuerpo. Sobre todo en las mujeres españolas. Es difícil que la mayoría digan o reconozcan qué les gusta de sí mismas. Hay mucha autoexigencia e inconformismo que lleva a la inseguridad.
TL: ¿Crees que todo el mundo debería acudir en alguna ocasión a un coach de imagen?
KP: No todo el mundo, pero por lo menos un 70 % de las mujeres, según mi experiencia, sí. Hay muchas con las cosas claras y el estilo muy definido pero otras que deberían preguntarse cosas como: «¿Quién soy?, ¿Por qué visto así?, ¿Cómo me gustaría vestir?». Saber lo que te pones es saber lo que proyectas.
TL: ¿Es este el mensaje principal de tu trabajo?
KP: Hay muchos. El fundamental sería: «Vístete de ti, no te disfraces». Me gustan las mujeres reales y me apasiona darles seguridad, que entiendan la moda como algo con lo que pueden reforzar su estilo, su personalidad, su mensaje.
«Vístete de ti, no te disfraces»
TL: Parece fácil pero… ¿cómo lo consigues?
KP: Con confianza, dándoles seguridad, sabiendo lo que quieren o pueden potenciar, dándoles claves para hacerlo y sobre todo para que acepten su cuerpo. Hay algo fundamental y es que yo no opino, solo les guío para que su vida sea más fácil.
TL: ¿Hay prendas básicas que deberían ser un must en cualquier armario?
KP: Una camisa blanca (de popelín en invierno y de lino en verano); un buen abrigo, una blazer; unos buenos zapatos negros de tacón; unos mocasines impecables; un jersey marinero; un traje completo; unas sneakers cómodas y modernas; unas camisetas graciosas; un buen bolso… y el vaquero perfecto. Ese que sabes que te queda de cine y puede, casi, sustituir a cualquier pantalón.
TL: ¿Un último consejo para quien esté buscando su estilo?
KP: Dejemos de comprar y acumular sin sentido «trapos» que no necesitamos. Menos es más, pero de verdad. Y con cabeza. No somos más guapas por tener más ropa. Es mejor tener menos y controlarla.