Por fin, Dior

Las orquídeas, esas flores maravillosas y etéreas que están en los despachos de las editoras de las revistas de moda. Las orquídeas mandaron en el espectacular desfile de Raf Simons para Dior en el parisino Museo Rodin. Había expectación, Galliano fue mucho Galliano en Dior. 

Y llegó Simons, el Director creativo de Dior imagina un invierno de Haute Couture en blanco, lejos de estridencias, blanco roto, reinventado, novias de día, novias de noche, novias con cancán (enagua de vuelo, almidonada o de nailon rígido, generalmente con volantes, que sirve para mantener ahuecada una falda de vuelo). ‘Cancanes’ con bolsillo en interminables vestidos tobilleros blancos sólo teñidos con la nota de color de flores bordadas estratégicamente colocadas.

Raf Simons pretende volver a un minimalismo belga. Simons ha roto con la extravagancia, el lujo extraordinario y barroco de Galliano. Ha roto con todo, desde la paleta de colores hasta el tallaje. Regresa un Dior con inspiración de los años 50. ¿El Dior de Jacqueline Kennedy?.

El desfile de la maison francesa sólo roto por las chaquetas de color, los zapatos de color y los aplausos ante un público que aún no sabe muy bien si la tendencia para este invierno de Dior es ser muñeca de una caja de música, la reencarnación de María Antonieta, el estilo Jacquie o un tulipán en flor. Christian Dior S.A Holding forma parte del conglomerado LVMH, con un 42% del accionariado.