6 claves para superar una ruptura sentimental inesperada
Ha decidido rehacer su vida o continuarla sin ti... pero aquí no se acaba el mundo, hay muchísimas formas de levantar cabeza.
Seas joven o no tan joven, poner fin a toda una vida al lado de la misma persona da mucho vértigo. Lo veo en la consulta cada semana, algunos de los divorcios o separaciones más complicados de asumir son aquellos que se producen en personas ya adultas y maduras que han compartido la mayor parte de su vida con la misma persona, que prácticamente se disponen a alejarse de la única pareja seria y estable de su historia. Si además la ruptura sentimental es sobrevenida, si la persona no se esperaba por nada del mundo que su pareja pudiera tomar una decisión así, entonces la sensación de desamparo se hace insoportable.
¿Cómo se supera una separación cuando tu principal compañero de vida ha decidido ponerle fin a vuestra relación? ¿De dónde sacas las fuerzas para hacerle frente al dolor, el rechazo y la desesperanza?
Toma conciencia de la realidad, sin paliativos pero también sin distorsiones.
Todo pasa por aquí, en un primer momento. Es decir, por enfrentarte a la situación sin negar las evidencias y sin crear falsas esperanzas; porque ha decidido dejarte. A él o a ella también le ha costado lo suyo dar el paso, y cuando no hay ninguna prueba que nos indique que esa decisión no es firme, entonces no hay por qué soñar con ello. Se ha bajado del carro, ha decidido construir otra cosa en otro lugar y tú, con el tiempo, harás lo mismo, solo necesitas superar el dolor y recomponerte.
Pero, ¡cuidado! Tampoco osciles de la negación al catastrofismo: evita pensar en términos absolutos como “siempre voy a quererle/la” o “nunca voy a ser capaz de vivir sin él/ella” y evita ideas derrotistas del tipo “ahora me será imposible encontrar a alguien”, “no tengo salida” o “no hay forma de sanar este dolor”. Este tipo de ideas son irracionales y no hacen más que aumentar el dolor de manera innecesaria. Bastante tienes con afrontar el presente como para encima tratar de adivinar el futuro y doblegarte ante él.
Busca ayuda profesional ante la desesperanza
Muchas veces, para salir de ese agujero inicial, se hace necesario recurrir a ayuda profesional, porque lo que tus amigos te dicen te suena vacío y falso, porque la desesperanza es muy intensa y porque el dolor se hace físico. Si nos duele una muela acudimos al dentista, ¿no es así? Pues cuando tenemos las emociones en carne viva, es un psicólogo a quien hay que recurrir. La psicología clínica pone a nuestra disposición para hacer ese cambio de interpretación que tan necesario es para encauzar el duelo amoroso y que desde el sufrimiento se nos antoja inconcebible.
Construye nuevas rutinas
Una vez hayas recuperado algo de serenidad, toca iniciar el proceso de reconstrucción. Es posible que todas y cada una de las rutinas que antes estructuraban tu vida estuvieran de alguna manera o de otra relacionadas con tu pareja. Por no mencionar el vacío existencial al que te enfrentas: “no sé a quien recurrir”, “no tengo con quien salir”, “no encuentro el modo de llenar el tiempo libre”, “no sé cómo luchar contra la soledad”, “a mi alrededor solo veo parejas”…
Lo más fácil es que trates de recurrir a todo aquello que un día te llenó, eso que te gustaba hacer y formaba parte indispensable de tu vida cuando la pareja no tenía tanto peso. Sin embargo, otras veces esta estrategia no funciona, porque han pasado los años y tú has ido cambiando, eres una persona más madura que no satisface sus necesidades de la misma manera que aquella personita del pasado. En este caso es importante que explores y que arriesgues, que te lances a la piscina y te atrevas con nuevas actividades y te apuntes a participar en todo lo que se te ponga por delante. Hazlo aunque no te apetezca, la motivación vendrá después. Apúntate a un bombardeo, que ya le encontrarás el gusto después.
No le guardes rencor
Porque solo te daña a ti, y al otro no le llegará ni una sola gota de todo lo que te esfuerces en odiarle. Quizá haya sido infiel, o cruel, o torpe… Poco importa. Ha decidido salir de tu vida y, con ello te ha permitido vivir un nueva etapa, descubrir algo que de otro modo jamás te habrías planteado, y en ello estás. Odiar al otro implica, en cierta medida, odiarte a ti también. Porque eres quien ha estado con esa otra persona tanto tiempo, y de su compañía y sus vivencias también te has impregnado… Esa persona, sea como sea ahora, forma parte de ti y de tu historia de aprendizaje.
Procura no aislarte en ningún momento
Tenlo en cuenta a lo largo de todo el proceso, no te aísles. Rodéate de los tuyos y permítete compartir con ellos todo lo que sientes. No tengas apuro, no pienses que incomodas, a ti te gustaría poder apoyar a un buen amigo si se encontrase en tu misma situación, así que no prives a nadie de ejercer su rol de amigo. Al igual que tú, los amigos de verdad saben que no solo están ahí para los días de fiesta. Aunque te apetezca encerrarte y desaparecer, te recomiendo que venzas esa tendencia y te obligues a acercarte a los demás. Te aseguro que estar en compañía ayudará a que adoptes nuevos puntos de vista sobre tu situación y nuevas perspectivas. Hablar de lo sucedido te permitirá también elaborar esta experiencia de manera más rápida y saludable.
Atiende a aquellas necesidades que antes no estaban cubiertas
Porque la separación te ha pillado por sorpresa pero ahora que no tienes más remedio que adaptarte a ella puedes darte cuenta de todas aquellas necesidades que en la pareja no estaban satisfechas, todos los deseos que tu pareja no colmaba, y es el momento de vivir cosas que al lado de esa persona no eran posibles. No se trata de criticar a nadie, pero sí de tomar conciencia, partir de la imperfección que a todos nos caracteriza, de las limitaciones que antes tenías. Si algo tiene de bueno esta situación es que, de inicio, también te has liberado de todo lo que no marchaba del todo bien o no acababa de gustarte de tu relación anterior.