Hoy, 6 de febrero, celebramos el Día de Internet Segura 2024, en inglés Safer Internet Day. El evento es de carácter internacional, al estar promocionado por la Comisión Europea a través de las redes Insafe e INHOPE de Centros de Seguridad en Internet en Europa. La celebración tendrá lugar con la práctica de diferentes actividades educativas para fomentar un uso responsable y seguro de las ya no tan nuevas tecnologías, centrándose especialmente en niños y adolescentes.
Sin embargo, estas lecciones del uso seguro bien podríamos aprenderlas también los adultos. No estamos exentos de la peligrosidad de Internet en forma de timos y estafas. De los últimos en llegar, o al menos ganando popularidad, se encuentra el Cat Fishing. ¿Sabes lo que es? Te explicamos en qué consiste este tipo de fraude romántico que se aprovecha del amor sincero para desplumar los bolsillos de algunos incautos.
Se supone que nos enamoramos apenas una o dos veces en la vida, pero cuando esto sucede, y el amor es correspondido, el torrente de emociones y de felicidad es tan imparable como un tren a toda máquina. Y en este tipo de amor tan “brutal” se entiende que no hay lugar para terceros.
Ni mucho menos para sus advertencias sobre nuestra relación, por más que nos avisen en nuestro entorno más cercano de que estamos a punto de chocar. Esto es lo que ocurre con los fraudes del amor en Internet: que cualquiera lo ve, menos el que está a punto de caer o ya ha caído en la trampa.
Como escribíamos en las dedicatorias los niños de los años 80, “el que se enamora no lo nota, pero poco a poco se vuelve idiota”. La diferencia es que no hablamos de niños o de personas sin experiencia ni criterio claro, sino de adultos hechos y derechos. Aunque sin ánimo de faltar a nadie, debemos aclarar que hay una explicación técnica para justificar la caída en las trampas del amor.
El enamoramiento modifica nuestra capacidad perceptiva y, por ende, también nuestro juicio. Sucede porque se produce una alteración biológica favorecida por la propia naturaleza, que tiene un carácter hormonal y busca facilitar el emparejamiento y la perpetuación de la especie. Si no existieran estos enamoramientos pasionales, que tienen una duración limitada, e interviniera nuestro lado más racional, posiblemente mucha gente no se casaría ni tendría hijos.
El hecho es que casi nadie puede resistirse a las endorfinas del amor. En su fase de enamoramiento nos hace necesitar del otro como si fuera una droga. Y es precisamente ahí, en este hecho plenamente constatado, en el que se apoyan los ciberdelincuentes que hacen uso del Cat Fishing. Tejen todo un plan maquiavélico con el fin de enamorar a alguien apoyándose de los recursos provistos por Internet a través de chats y otras aplicaciones.
¿En qué consisten los fraudes románticos en Internet? Las estafas consisten básicamente en enamorar a otro a través de un perfil falso, estableciendo primero un vínculo de gran confianza con esa persona, para después llegar a una relación romántica en la que se habla abiertamente de amor.
Contribuyen a este proceso de “maduración” del amor algunos factores basados en lo platónico, como el impedimento de la distancia para verse, o unas dificultades económicas que el otro puede salvar. Estas adversidades, sin embargo, no son tales y ni siquiera existen, sino que forman parte de un plan urdido magistralmente que busca sacar dinero a las víctimas que caen en la trampa.
Los delincuentes pueden, de hecho, y según explican los expertos, estar durante años trabajándose a una víctima para irla sacando dinero poco a poco hasta que no les quede nada. Incluso hacen que lleguen a incurrir en préstamos o vendiendo todo su patrimonio para mantener la relación.
Si nos centramos en mujeres, los tipos más habituales son hombres físicamente muy atractivos y de edad variable en función de la propia edad de la víctima. Su atractivo lo será aún más por sus profesiones. Hablamos, así, de cirujanos plásticos, de pilotos, e incluso de marines americanos, tal y como hacen ver en sus perfiles sociales.
En ellos cuelgan fotos de sí mismos viajando, jugando con niños o paseando perros. De esta manera se forjan una imagen de hombre sensible del tipo que suele gustar a cualquier mujer. Esta imagen física tan atractiva es, además, potenciada por un supuesto enamoramiento de sus víctimas. Pronto les hablan de amor, haciéndolas sentir amadas y deseadas.
Es injusto acusar a nadie de naive o de cosas peores, ya que el dating y el buscar pareja en Internet y a través de las Apps está a la orden del día. Cualquier persona podría sucumbir a la seducción en un momento de vulnerabilidad personal. Por ejemplo, en la celebración de San Valentín y si no se tiene pareja.
La empresa tecnológica ESET así lo constató en un estudio realizado en Reino Unido a más de 2000 personas. Entre sus conclusiones se encuentran los siguientes datos sobre el Cat Fishing y las citas online:
Cualquiera que tenga redes sociales seguramente ha tenido alguna de estas experiencias: la de una persona de las características antes mencionadas, acercándose sin venir a cuento. Lo importante para evitarlo es no entrar al trapo y saber lo que es: timadores buscando víctimas.
El mejor consejo para no caer en el Cat Fishing es seguir el instinto de la desconfianza básica. Las peticiones de amistad que parecen extrañas, es que lo son. Y también los comentarios halagüeños salidos de la nada. Pero lo verdaderamente fundamental es lo siguiente: jamás dar dinero a nadie a quien hayas conocido por Internet, por más palabras de amor que te profese, y por más dinero, herencias o regalos que te prometa a cambio de tus “anticipos”.
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